Beyonce en la intimidad

Por Caras

Miércoles, 17 de febrero de 2010 a las 09:11

Dueña de una de los cuerpos más exuberantes del show business, Beyoncé Giselle Knowles (27) no pasó desapercibida durante su breve estadía en el Faena Hotel + Universe. Si bien “la pantera del pop y el soul” salió poco y nada de la lujosa Presidential Suite, sus sensuales caderas sólo se vieron, bamboleantes, el jueves 11 a las cuatro de la tarde cuando decidió bajar a almorzar a la piscina del hotel. Vistiendo una camisola bordada hasta los pies de “Miss Bikini”, Beyoncé almorzó en uno de los boxes tailandeses en compañía de su asistente.

Rodeada por seis custodios distribuidos en distintos lugares estratégicos desde donde se comunicaban a través de sus handies, la cantante, compositora y actriz estadounidense ordenó una ensalada Caesar que acompañó con un agua mineral sin gas. Mark Williams, director de Safar Protection Consultants, dirigió el operativo de quien en el 2009 fue enumerada por Forbes en el cuarto lugar de la lista de las 100 celebridades más poderosas e influyentes en el mundo, tercero en la lista de los músicos más exitosos, y el número uno en la lista de los famosos mejor pagados, en virtud de sus 87 millones de dólares en ganancias en el último año.

A pocos metros de Beyoncé, la cantante rosarina Lola Ponce (28) se doraba bajo el sol luciendo una minúscula bikini negra acaparando, también, las miradas de los huéspedes. “Conocí a Beyoncé en el World Music Awards 2008 tras ganar el Festival de San Remo. Es una mujer humilde y sensacional que, desde el escenario, te hace temblar con su potente voz. No sé si se acordará de mi”, expresó dudosa la bella cantante y actriz conocida en Europa como “La Maradona del Pop”. Acto seguido, como por arte de magia, Beyoncé se levanta de la mesa, ordena un daikiri y se sienta en el borde de la piscina. Habían pasado dos horas desde su ingreso al deck y desde ese lugar, notó la presencia de Lola, a quien saludó con un cálido. “¡Hey!¨, ¿how are you?”. Ambas cantantes se fundieron en un abrazo y, acto seguido, decidieron combatir los 37 grados de sensación térmica de aquella tarde con un buen chapuzón en la piscina. Hablando sobre la vida, los hombres y la moda, el sol desapareció y las dos mujeres, siempre bien custodiadas, disfrutaron del agua hasta pasadas las once de la noche. Al día siguiente se llevaba a cabo la primera presentación de Beyonce en la Argentina en el marco de la gira “I’am Sasha Fierce”, y había que descansar

Los casi 10000 espectadores que se acercaron al Hipódromo de San Isidro para ver a Beyoncé en su primera visita a la Argentina, fueron testigos de una impresionante puesta en escena El hit ¨Crazy in Love¨ fue el puntapié inicial para dos horas de show en las que se escucharon viejos éxitos y nuevos temas de su último disco, "I am Sasha Fierce".

El espectáculo de su gira actual cuenta con un argumento no completamente explícito, pero que permite presenciar la lucha entre Giselle (éste es el segundo nombre de la cantante), y Sasha Fierce, alter ego de la mega diva negra La primera es algo aniñada y capaz de vestirse de blanco para interpretar el Ave María “En cambio Sasha es bastante más descontrolada y la insinuación está impresa en cada uno de sus movimientos”, explicó la “pantera del pop y del soul”, a quien también se la conoce por ser ¨la reina del R&B¨, neo soul o pop con citas a la música negra, género muy popular en los Estados Unidos Beyoncé es para esta música lo que Shakira es para el pop latino La Big Band de señoritas permitió que el show nunca cayera en una meseta: dos baterías, percusión, teclados, sección de vientos, guitarra, bajo y tres coristas de lujo