Esta moda se expande con rapidez en el país del norte y no es raro ver a niñas de todas las edades que llenan sus brazos de pulseras, muy parecidas a las que puso de moda Madonna en los años ochenta, sólo que esta vez sirven para identificar sus preferencias sexuales. La negra, la penetración; la azul, el sexo oral, la verde, el sexo con juguetes, etc.
La curiosidad de estos brazaletes multicolor, incluso, ha derivado en un juego llamado “Snap” en el que si un chico logra arrancarle una de estas pulseras a un chica consigue, como recompensa, practicar con ella el acto sexual que representa.
En algunos colegios de Estados Unidos ya las han prohibido. Los directores y profesores están muy preocupados por la generalización de complemento que consideran “peligroso”. Los padres, en muchos casos, desconocen el auténtico significado de esas pulseritas “tan graciosas” que se venden en cualquier tienda de complementos de los centros comerciales.
De esta forma los adolescentes se comunican sin necesidad de palabras y eso les supone un morbo añadido. Ellos han creado un juego propio con estas pulseras como jugadores.
Además de los colores, existe una guía de conducta puesto que cuando un chico rompe la pulsera a una chica, significa que puede canjear el premio otorgado por su color. Este jueguito es toda una moda que poco a poco se va prohibiendo, y no es raro ver chicas y chicos con brazaletes en muñecas o tobillos.
Los expertos alertan que en este tipo de prácticas la comunicación verbal del flirteo se pierde, ya que los jóvenes no necesitan hablar para conocer las preferencias sexuales de sus pretendientes. Además, insisten en que el juego puede acarrear muchos malentendidos y llegado el caso, situaciones muy violentas.
Además, no todos los jóvenes que compran las pulseras conocen su significado y sólo las lucen como un complemento más de moda. La tendencia del "snap" se está convirtiendo en un peligroso juego sexual.
Fuente: lne.es