El consumo de alcohol en niños y adolescentes no sólo es preocupante por los daños que provoca en el organismo y la salud mental en desarrollo, también es peligroso porque puede abrir la puerta a la exploración con otras drogas, sintéticas o no, que representan riesgos graves.
La ingesta de estas sustancias a edades tempranas afecta el desarrollo neurológico, incrementa el riesgo de problemas hepáticos y cardiovasculares, llevando incluso a situaciones críticas como el coma alcohólico.
Un reciente informe del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Provincia de Buenos Aires reveló datos preocupantes sobre el inicio del consumo de bebidas alcohólicas a edades cada vez más tempranas.
Según el estudio, siete de cada diez adolescentes bonaerenses comienzan a experimentar con el alcohol antes de cumplir los 15 años.
Esta situación se agrava con una preocupante tendencia: el 12% de los adolescentes inicia el consumo de bebidas alcohólicas antes de los 12 años. Las estadísticas indican que casi el 90% de los menores de 15 años bebieron alcohol al menos una vez, y seis de cada diez lo hicieron en el último mes.
Walter Martello, defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires, quien participó en la elaboración del estudio, destacó que la tolerancia y permisividad de las familias contribuyen a esta situación, indicando que muchos padres permiten el consumo de alcohol en sus hogares a modo de encuentro familiar, lo cual se intensificó desde el periodo de pandemia. Según él, el descontrol también se observa en eventos y fiestas clandestinas, donde los menores tienen acceso fácil al alcohol.
El estudio también hizo visibles cambios en las preferencias de consumo entre los jóvenes.
Mientras que anteriormente la cerveza era la bebida alcohólica predominante entre los adolescentes, ahora se observa una inclinación hacia bebidas de mayor graduación alcohólica, como el fernet, el vodka y el gin.
Martello atribuye este cambio de patrones al aumento de componentes saborizados en las bebidas, que hacen más atractivos estos productos a los jóvenes, potenciando la peligrosidad del consumo en esa franja etaria.
El impacto del consumo en el desarrollo cerebral y la salud física
El consumo de alcohol en adolescentes no sólo es alarmante como hábito que se instala cada vez a más cortas edades, sino también por sus implicaciones para el desarrollo neurocognitivo y la salud física de los jóvenes.