Cuando se enciende el grabador, Ernesto Álvarez se muestra formal, pero le dura poco: sus vivencias como diplomático en Rusia, Irán y, ahora, India, le juegan una mala pasada al embajador y en pocos minutos la realidad se filtra en la conversación. “Para salir a vender los productos argentinos hay que salir de la burbuja diplomática”, asegura, y agrega: “India es como el Principito, lo esencial es invisible a los ojos, no podés presumir que entendés lo que pasa sin vivirla, es tan cambiante, hay tantas experiencias personales incluidas en la vida diaria, es tan compleja, que no alcanza con que hayas leído el manual de Rampa de geografía de cuarto año para saber dónde está la India”.
Álvarez sabe de lo que habla. Fue segundo de la Embajada argentina en Rusia, de 1994 a 1998; y luego fue nombrado responsable de la representación diplomática en Irán, en pleno altercado judicial por los atentados terroristas de la AMIA y la Embajada de Israel, momentos en que vivió bajo amenazas de muerte. Así, hace cuatro años, fue reconocida su labor y lo designaron embajador argentino en la India. “Mi mujer está fascinada porque veníamos de cuatro años en Irán donde, con la cara destapada pero el pelo recogido, así que la India es la libertad personificada”, manifiesta el diplomático.
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-¿Cómo es ser embajador en la India?
Es complejo porque la India es un país grande, en vías de desarrollo pero con un gran desarrollo relativo. Entonces, insertarse con los productos argentinos en momentos en que estamos reconstruyendo nuestra industria, porque del noventa al 2000 fue destruida, es difícil porque te conocen pero a la vez es una actividad joven para mostrarla. Somos el clásico de los alimentos, mi trabajo quizá sea reconvertir a la Argentina en el supermercado del mundo para la India, para que en vez de ir a otro lado vengan a la Argentina. Somos un proveedor confiable para la India, así lo demuestran los números, pero es difícil porque en la India de los 197 países de Naciones Unidas, 196 le quieren vender. Aunque tengas productos muy buenos, la India elige a quién comprarle. Por ejemplo, una dificultad natural que tenemos son los 33 días de flete Buenos Aires-Bombay, y si querés suplantar el flete marítimo tenés que contratar un avión, que te sale mucho más caro.
-¿De qué manera puede cambiar esta realidad? ¿El tren bioceanico puede ser una alternativa?
Todo es posible, esa es una obra muy importante y trascendente que puede reducir esa brecha que tenemos. Lo que ya está es una política de Chile, que ha dado muestras de trabajar muy bien y le permitir a los gobernadores de Salta y Jujuy desarrollarse.
-¿En qué situación está el transporte aéreo, se trabaja en algún proyecto con Aerolíneas Argentinas?
La Indian Shipping Line ya tiene una línea regular, y de la vuelta larga por el Pacífico. Hay una propuesta de una de las líneas estatales indias de llegar a Madrid, entonces les propusimos que usen códigos compartidos para que el empresario argentino pueda hacer Buenos Aires-Madrid-Bombay, y para que el avión sea rentable para ellos tiene que llegar a China. Estamos cada vez más cerca, en mayo Pan African volvería a viajar a Buenos Aires, lo que nos reabre el mercado de Asia-Pacifico del sur; Emirates está llegando a San Pablo, Qatar Airways va a llegar a San Pablo y quiere llegar hasta la Argentina. Son decisiones que achican el mundo.
-¿El comercio sur-sur está creciendo y eso se ve en las líneas aéreas?
Asia nos mira mucho más, a partir de que, aunque tienen una capacidad de producción impresionante, necesitan alimentos. Corea fabrica miles de barcos, pero necesita comida para alimentar a sus operarios y Latinoamérica es un proveedor confiable.
-¿Cómo trabaja con los empresarios argentinos que viajan a India?
Los empresarios ya saben que no se puede vender en el día, viajan a explorar, a abrir el mercado y a analizar cómo compatibilizan el producto argentino a las necesidades de la India. El mejor prueba está en Aspromonte, que hace estaciones de servicio a gas a medida para Irán, Afganistán y otras para la India.
-¿El gas natural comprimido es uno de los motores de las exportaciones argentinas a la región?
Si, Inflex fabrica los tanques de GNC que se hacen con una tecnología especial porque soportan mucha presión y no cualquier país tiene la capacidad de hace los dos extremos del tanque. Entonces llegó un momento en que teníamos a Tomasetto Achille vendiendo equipos, Inflex, los tanques; y Aspromonte, las estaciones de servicio, llave en mano.
-¿Cómo relacionó con esos empresarios?
Tengo una sala en la embajada que se llama Malvinas Argentinas y está equipada con teléfonos y computadoras para que puedan trabajar ahí, porque yo no quiero que el empresario se vaya a un hotel sino que esté con nosotros, charlemos, nos presenten sus dificultades y las podamos resolver. Las reuniones de negocios pequeñas las estamos haciendo directamente en la embajada, y han sido muy exitosas.
-¿De qué manera ayudará la reciente reunión de embajadores argentinos de todo el mundo con la Presidenta para vender mejor los productos argentinos?
El seminario de alguna manera va a cambiar cualitativamente el trabajo de la Cancillería, va a ser más profundo, y la Presidenta agradeció que hayamos ayudado a vender por 70 mil millones de dólares. Esto va a mejorar, que va a ser mucho más importante de lo imaginamos. En la actividad, hablé con 48 empresarios que estaban entusiasmados y eso es lo importante, llegar al pequeño y mediano productor, porque el gran productor no necesita de mí. Vinieron los subsecretarios de Comercio Exterior y las cámaras de comercio exterior de las provincias, que van a presentarme mes a mes la oferta exportadora para que yo pueda presentársela en la India, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka y Maldivas.
-¿Cuáles son los próximos objetivos?
Aumentar las exportaciones diversificando la oferta con la Pymes, en principio no importa la cantidad sino recuperar y obtener un lugar en el mercado. Tenemos un gran desafío que es llevar gente a la India para que la relación sea más espontanea para que deje de ser noticia la visita de un argentino. La reciente apertura por parte de España del Instituto Cervantes nos servirá a América Latina porque podremos trabajar desde ahí, por ejemplo acabamos de sacar una revista Vislumbres y trata sobre políticos, poetas y personalidades de América.
Experiencia. “Del 94 al 98 fui segundo de la Embajada en Rusia, cuando reabrimos el mercado de las carnes y los vinos. Por primera vez, Rusia nos compró dulce de leche con la Vaca Malvina, con una etiqueta traducida que hicimos hacer”, afirma Álvarez, quien por aquella época trabó una amistad con el jefe de la KGB, hoy embajador ruso en la India. “Los rusos son muy entrañables cuando logras hacerte amigo”, dice.
El embajador argentino afirma que nunca se llega a conocer la India, porque a cada paso se abre una realidad nueva. “Caminás 200 metros para la izquierda –expresa—y hablan en otro idioma, se visten y comen de manera distinta; me voy para la derecha y otro tanto. Es único, al turista que llega lo atrae el colorido y es verdad, no es un cliché del turista. El color te pega, te entusiasma, con esos aris que sólo las ciudadanas indias pueden usar, en las extranjeras se ven como una bolsa de papas. La frase ‘Unidad en la Diversidad’ que ellos usan es la base del país, es la sal de la vida”.
-¿Qué influencia tienen sobre el país lo que llaman “no residentes”?
Fíjate vos si los Non Resident Indian importantes que el país recibió de remesas el año pasado 27 mil millones de dólares y hay un ministerio para no residentes. Los indios salen del país para perfeccionarse afuera, muy pocos se quedan porque hay un aferrarse al terruño muy fuerte.
Ernesto Álvarez también se aferra al terruño, aprovecha cada visita a Buenos Aires para salir a comer afuera, salir a caminar por sus calles y disfrutar de sus cafés. “Que la vaca sea sagrada en la India es un tema al que te acostumbras, son parte de tu caminar y de andar en auto, la gente tiene una religiosidad profunda”. En Argentina, la vaca también es sagrada.