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¿Querés calmar la angustia oral? Acá tenés la solución

Se cree que la comida muchas veces ayuda a superar la angustia, pero no es cierto. Sólo aumenta los problemas de salud. Tips para controlarlo.
Miércoles, 18 de junio de 2014 a las 17:31

No son pocas las series de televisión que muestran desde un grupo de adolescentes a mujeres ya maduritas intentando resolver algún problema sentadas frente a una gran tarta de chocolate o un suculento helado. Esta escena en cuestión da a entender que ingiriendo estos dulces se logra alejar la amargura del tema que tanto preocupa o, al menos, si no se soluciona, la comida aporta ese momento placentero que compensa la angustia del problema.

Cuando esta fórmula -intentar apaciguar un contratiempo con la comida- se repite en el tiempo, es cuando aparece el verdadero problema. La persona come, y cada vez de manera más compulsiva, no porque tenga hambre, sino por aliviar sus emociones. Tras ello, entra un sentimiento de culpabilidad y vergüenza por sentir que no se es capaz de controlarse y, sobre todo, porque lo que se ingiere no suelen ser alimentos bajos en calorías, más bien todo lo contrario: chocolate, bollos, helados... La báscula y el espejo se convierten en sus peores enemigos porque no esconden los excesos cometidos.

Este comportamiento afecta no solo al estado físico o psicológico de la persona, también a sus relaciones sociales (querrá salir menos), a su familia (mal humor, apatía, tristeza), su trabajo (falta de concentración...).

Decálogo de recomendaciones

1. En la obesidad intervienen factores genéticos, metabólicos, psicológicos y sociales. No es solo una cuestión de voluntad. No te juzgues por ello, toma conciencia de tu problema y afróntalo.

2. Sigue el plan nutricional recomendado por tu médico. Las dietas restrictivas continuadas tienen efecto rebote. Plantéate objetivos exigentes en poco tiempo no es eficaz.

3. Muévete. Realiza algún ejercicio físico que te agrade con regularidad y lleva una vida diaria activa.

4. Puedes aprender a regular el estrés y tus emociones, ya sean positivas o negativas. Consigue diferenciarlas de la comida. Algunas emociones como la ansiedad, la tristeza o laira, si son intensas pueden llevarte a una sobreingesta descontrolada en poco tiempo (atracones) o a comer constantemente.

5. Estar centrado o preocuparse demasiado por la comida y por tu silutea genera conflictos con tu imagen corporal y falta de confianza. Ocúpate en vez de preocuparte. genera nuevos hábitos saludables de alimentación, que puedas mantenersiempre, en lugar de seguir dietas para adelgazar que solo puedas mantener durante algún tiempo.

6. Intentar repetidamente disminuir el peso sin éxito puede hacerte pensar que no lo conseguirá y podría afectarte y sentir que no tienes control en otros ámbitos de la vida.

7. Aprende a gestionar tus objetivos. es fundamental cambiar la dieta y aprender a consolidar los cambios conseguidos. haz un seguimiento con los expertos en el tema.

8. Acepta que tu problema tiene solución, sé sincero contigo mismo en lugar de engañarte. Si resuelves tus problemas emocionales y aprendes a tener fuerza de voluntad lo conseguirás.

9. El apoyo de tu familia y amigos es importante, expresa y comparte tus dificultades y pídeles ayuda.

10. El médico, el psicólogo y el especialista en nutrición son los profesionales fundamentales para el tratamiento de la ansiedad.

 

18 de junio de 2014

Fuente: ABC

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