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Con la presencia del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y la vicejefa, María Eugenia Vidal, se realizó esta mañana el tradicional acto de izamiento de la bandera argentina en la Plaza de Mayo por el aniversario de la Revolución de Mayo, aunque no estará en el Tedeum.
Sin embargo, Macri no participó en el Tedeum que fue presidido por el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Jorge Bergoglio. Al acto de esta mañana asistieron funcionarios del gobierno porteño, además de alumnos de colegios de la Ciudad.
En otro orden, la funcionaria porteña se refirió a la quita de concesión a Trenes de Buenos Aires (TBA) anunciada ayer por el ministro de Planificación, Julio de Vido, y consideró que se hizo "tarde y mal porque tuvo que ocurrir una tragedia para que ocurriera".
Volvió a mencionar que el Ejecutivo de la Ciudad tiene intenciones de administrar el servicio de subterráneos pero volvió a poner condiciones. “La Nación tiene que hacer las inversiones pendientes", lanzó.
Misa porteña
En su homilia en el tradicional Tedeum del 25 de mayo, el cardenal primado de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, hizo un llamado a la consciencia social y revindicó la cultura del amor. Además rechazó el poder como ideal e ideología única.
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"Todos buscan dorminar sobre los otros", aclaró en la misa y explicó que así se "erosiona la confianza social que es fruto del amor".
Durante la homilia en la Catedral Metropolitana, el cardenal recordó que los argentinos "somos invitados a refundarnos en la soberania del amor" y rechazó las formas de poder como el consumismo. Dijo que "esta fecha Patria es un momento propicio para preguntarnos de nuestro amor ciudadano y familiar".
Pidió "coraje" hacer un exámen de conciencia y preguntarnos: ¿Qué nos lleva, a la indiferencia, de abandono y el desprecio de los más débiles?.
Advirtió formas sociales negativas en el país como el consumismo, la idea de la dalsa eterna juventud y expresó que con esas ideas: "los débiles son desechables". En este marco recordó el trato que se les da a los ancianos y a los niños. "Los extremos débiles son descartados: los niños y los ancianos. Somos como adultos abandónicos. Los abandonamos al salvese quien pueda. En el frio de la tecnologia. Los imitamos porque no queremos aceptar el lugar de los adultos".
Bergoglio pidió durante el Tedeum: "Poner límites, dar testimonio". Crítico el filicidio social y remarcó. "Cuando no hay amor se adormece la conciencia".
Insistió en la falta de compromiso social: "Nos entregamos a las drogas legales e ilegales. A los juegos, a la banalización, al. cuidado fetichista del cuerpo. Al encierrro Narcista".
Finalmente, sintetizó que está constituye: "Una cultura del voquete. La exclusion que no responde a la ideología del amor".
25 de mayo de 2012