“Lo maté para cagar al padre”, fue la brutal confesión de Adriana Cruz, la mujer que asesinó a su propio hijo de seis años ahogándolo en el jacuzzi, del country de San Vicente en el cual vivía. El fiscal de la causa declaró que la autora del crimen “no estaba exaltada ni depresiva” al momento de declarar y que a su entender “estaba en su sano juicio” al momento del homicidio.
Ieraci remitió al Síndrome de Alienación Parental (SAP) para explicar el caso. “Este tipo de actos surgen como consecuencia de una separación. El chico pasa a ser el ‘trofeo de guerra’ de esa separación. Lo que hacen los padres es pegarle al otro dónde más le duele. Se pasa del amor al odio”, explicó.
También aseguró que el accionar más común en este sentido es, en el caso de las mujeres, el de “no dejar ver a los chicos, meter denuncias por abuso o guardias cautelares para que los padres no se puedan acercar”. En cambio, en los hombres este síndrome se traduce de dos maneras: en primer término los padres (al estar generalmente alejados porque suelen ser los que dejan el hogar) buscan ganarse el afecto de los chicos mediante regalos y favores. En los peores casos, pasan a la violencia física.
El licenciado indicó que las acciones más brutales desde los físico suelen verse en hombre, pero en esta oportunidad fue la mujer quien acudió a la peor de las decisiones. “Para ella, ahora, el fin justifica los medios. Ella dice ‘lo hice para cagarle la vida’, cuando no se da cuenta que también se la cagó ella. Algún día va a caer en lo que hizo. Verá las consecuencias. Por el momento, piensa que el saldo le va a dar positivo: ‘Yo me arruiné, pero lo arruiné más a él’”, describió.
En relación con los graffities que aparecieron en las paredes con acusaciones a su exmarido de haber formado otra pareja, Ierace interpretó que Cruz “intenta justificarse. Delegar la responsabilidad en el otro. ‘Tuve que actuar así, porque vos lo provocaste. Tu accionar hizo que yo tenga que hacer esto’”, graficó.
Por otra parte, el especialista aclaró que el SAP “es independiente del sexo” y que es muy común ver a los padres recién separados intentando “sacarle información a los chicos y contradecir las órdenes del otro. ‘¿Mamá no te deja? Yo sí te dejo. ¿Papá no quiere? Yo sí quiero’”, ejemplificó.
Finalmente, mencionó las prioridades que se deben tener a la hora de tratar con los chicos en una separación. “Los padres tienen que entender que la separación es de un esposo con una esposa. No de padres con hijos”, diferenció y agregó: “Entender que los que se separan son los adultos y seguir con el rol paternal”, aconsejó.
Para comunicarse con Gastón Ieraci, el profesional pone a disposición el mail [email protected].
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