Escobedo jugaba en la tercera de Los Andes. Faltaba poco para su salto a Primera, pero estalló el conflicto bélico. “Nadie sabía que íbamos a Malvinas, nos subieron a un avión y nos bajamos en las Islas. El tema fue cuando empezaron los bombazos y todo lo demás. Entonces nos enteramos que era cierto y comenzamos a vivir una experiencia terrible, a convivir con el miedo, el terror y con lo que en realidad iba a suceder más adelante”, le cuenta a 24CON. Nunca recibió una carta, ni novedades de su familia. Lloraba cada noche. Se hacía hombre entre el hambre y el miedo.
Como siempre que llega el 2 de abril, los recuerdos vuelven a su mente. “Con el correr de los años uno se fue acostumbrando. Pero es como que se remueve la historia y aparecen los momentos más duros”, dice Escobedo, quien encontró en el fútbol su salvación. “Abandoné el fútbol cuando volví. Me vinieron a buscar varias veces, pero les decía que no. Hasta que fui a ver a Los Andes y se me despertaron las ganas. A las tres semanas ya estaba jugando. A mi el fútbol me sacó de un lugar del que los demás muchachos no pudieron salir”, agrega.
A lo largo de sus años como jugador, pasó por Colón, Racing de Córdoba, Belgrano, Tigre y Vélez, entre otros. Cuando se retiró, hizo el curso de técnico, jugó el Súper 8 para el Fortín y torneos de veteranos para Banfield y Temperley. Escobedo nunca abandonó su amor por la pelota. Mientras estaba en Malvinas se jugaba el Mundial de España. Radio Colonia, de Uruguay, se escuchaba en el sur del planeta y llevaba la canción de algún que otro gol argentino. “Se escuchaban los partidos. Uno podía distraerse y olvidarse de todo. Hasta que una bomba explotaba cerca y te devolvía a la realidad”, dice el ex futbolista, casado y padre de Brenda y Alan.
Los deseos de volver a su casa y las ganas de jugar al fútbol mantuvieron a salvo. Pese a que en los relatos del Mundial no se nombraba a Inglaterra por su nombre (decían, por ejemplo, “avanza el de camiseta blanca”), Escobedo no le guarda resentimiento al país británico. “En realidad –asegura-, yo nunca tuve rencor a los ingleses. Estuve prisionero una semana, y los ingleses son profesionales. Ese es su trabajo, nosotros tuvimos un ideal de ir a defender nuestra tierra y ellos el suyo. Nos enfrentamos porque nos mandaron”.
02 de abril de 2011