“Cuando nos instalamos acá con Daniel, las paredes tenían mucha humedad y se tuvieron que hacer bastantes arreglos, entonces aprovechamos para pintar y para cambiar de lugar los muebles, según los estilos de cada espacio. Algunas sillas y sillones se retapizaron. En las paredes predominaba el color blanco, entonces en la nueva elección de tonalidades, traté de volcarme a otros colores que complementen la falta de adornos y esculturas”, explica Karina, refiriéndose a la Residencia construida entre los años 1906 y 1911. El proyecto original estableció que debía tener el mismo estilo arquitectónico que el empleado para la Casa de Gobierno (ubicada al lado), es decir el renacentista flamenco, pero en proporciones reducidas. No obstante, entre 1936 y 1940 se realizaron modificaciones estructurales y de estilo hasta llegar a lucir como se ve en la actualidad, un Luis XIII simplificado. El edificio, emplazado sobre la calle 5 de La Plata, consta de planta baja y dos pisos.
Rabolini fue una gran artífice de los arreglos que hoy hacen posible que se realicen visitas guiadas a la Casa de Gobierno y a la Residencia del Gobernador para colegios y público en general en forma gratuita (hasta fin de año, el programa “Puertas Abiertas al Bicentenario” permite visitarlas los viernes y los sábados, en el horario de 10 a 17 horas) “Es un éxito, ya pasaron más de 15000 personas desde su puesta en marcha—explica Rabolini, antes de argumentar porqué decidieron encarar este proyecto— Cuando visita la residencia, la gente se queda extasiada Me acuerdo que el primer día que entré, me impactó por su esplendor y con Daniel pensábamos que era una lástima que sólo nosotros pudiéramos contemplarla Por eso nos propusimos que todos tuvieran el derecho de ver esta maravilla porque es un patrimonio de todos los argentinos”, dice