Antes de hablar de esos días, sería conveniente realizar una breve sinopsis histórica para refrescar nuestra memoria. El gobierno de la Alianza, que había ganado las elecciones de 1999 de la mano de Fernando de La Rua, no pudo cumplir con las expectativas de la gente. Recibió una difícil herencia de la administración anterior, no pudo evitar que la economía se fuera a pique, ni parar la escalada de inseguridad.
La presencia de un Poder Ejecutivo que parecía débil, opaco y falto de capacidad para resolver los graves problemas, hicieron defraudar y enfurecer a la población. Un escándalo en el Senado, con respecto al tratamiento de ciertos aspectos de la Ley Laboral, consternó a los argentinos, sumándose a posteriori la renuncia del Vicepresidente Carlos "Chacho" Álvarez.
A principios de diciembre de ese año hubo una corrida bancaria donde los ahorristas retiraron sus depósitos y entonces el Ministro de la cartera económica, Domingo Cavallo, realizó un plan que "bancarizaba" la economía y que impedía el uso normal de las cuentas bancarias. Esto hizo que se formaran largas colas en los bancos, agravando así el malestar general. Apareció entonces un nuevo modo de protesta: el "cacerolazo".
La gravísima situación social dio pie a disturbios y saqueos en todo el país (sobre todo en el Gran Buenos Aires), lo que dejó como consecuencia la vida de aproximadamente 30 personas y decenas de heridos; además de una gran cantidad de detenidos. Tras estos hechos, De la Rua presento su dimisión.
La situación en el Partido de General San Martin
Nuestro Partido no fue ajeno a esa jornada. Se registraron numerosos hechos delictivos en las zonas de Villa Ballester, Billinghurst, San Martín y José León Suárez que consistieron (en su gran mayoría) en saqueos a supermercados de la colectividad china y locales de las cadenas EKI y DIA.
Una de las situaciones más impactantes ocurrió el día 19, cuando un grupo de individuos intentó saquear el hipermercado Jumbo, ubicado en la calle San Lorenzo (en la ciudad de San Martín). Esta acción fue repelida por fuerzas policiales y fue cubierta por casi todos los medios de comunicación sanmartinenses.
El miedo hizo que numerosos comerciantes no sólo cerraran sus comercios, sino también soldaran chapas frente a sus vidrieras, transformando los mismos en verdaderos bunkers y además, según indicó el Clarín Zonal de la edición del 27 de Diciembre: "... numerosos vecinos salieron a la calle armados para defenderse…".
La situación vivida era equivalente a lo que se podría vivir ante los primeros pasos de una revolución, de una guerra civil o la invasión de fuerzas enemigas. Los negocios cerraban y se escuchaban relatos de verdaderas "hordas de bárbaros" asolando la calle Alvear (principal calle comercial ballesterense). Fue una situación análoga a los eventos de caos y robo que ocurrieron en las postrimerías del gobierno del fallecido presidente Raúl Alfonsin.
Para reprimir este caos, la seguridad fue reforzada con miembros de la Policía Bonaerense traídos de La Plata y efectivos de la Gendarmería Nacional. Según el matutino nacional anteriormente citado, ser registró 13 saqueos y tres tentativas de robo a distintos establecimientos comerciales y hubo 70 detenidos. Para subsanar la terrible situación, el Municipio realizó un plan de emergencia social, consistente en la entrega de alimentos a sectores carenciados.