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Llegó el día de elegir al nuevo Papa: cuándo se conocerá el resultado del Cónclave

Ya están los 133 cardenales en El Vaticano que tendrán la responsabilidad de seleccionar al Sumo Pontífice. Hay expectativa de que el viernes o antes, haya "fumata" blanca.

Por Redacción

Miércoles, 07 de mayo de 2025 a las 06:52

Desde la muerte del Francisco, la prensa mundial ha hecho especulaciones de todo tipo sobre este momento: ¿será ungido un continuador de las líneas de Francisco?, ¿es el turno de un moderado, que busque avanzar pero con paso más lento?



La primera votación será este miércoles alrededor de las 6 de la tarde, hora argentina. Será el momento en que el mundo - en la plaza San Pedro o por televisión - buscará la respuesta en la chimenea de la Capilla Sixtina. El humo negro, hará esperar un día más. Si fuera blanco - no se espera eso en una primera votación - el sucesor de Francisco ya estaría decidido.

Previamente, a las 5 de la mañana hora argentina, los cardenales participarán en la Basílica de San Pedro de una misa especial. Se llama "Pro Eligendo Pontifice". Se trata de una celebración para invocar al Espíritu Santo para que ilumine a los cardenales al momento de ungir a un nuevo Papa. Participan todos los cardenales que hayan viajado a Roma, no solo los 133 del cónclave. La ceremonia además, está abierta a todos los fieles que lleguen hasta la Basilia. Será celebrada por el cardenal Gian Battista Re, el decano y quien ofició la misa en el funeral de Francisco.

Los cardenales, luego de la misa en San Pedro, van en procesión hasta la Capilla Sixtina. Juran que realizarán su tarea sin ninguna clase de prejuicio o interés particular o respondiendo a "interferencias". Entonces se produce el último momento que se podrá ver - por ejemplo - por televisión.

Luego del juramento, el maestro de ceremonias pontificio, Diego Ravelli, pronuncia el célebre "extra omnes" ("todos fuera") para que los ceremonieros y el resto de personal, por ejemplo fotógrafos, salgan de la Capilla Sixtina. Los únicos que se quedan dentro - en un primer momento breve - son el maestro de ceremonias y el predicador. Este pronuncia una meditación y ambos se marchan.

Los cardenales quedan solos en la Capilla Sixtina y se procede a la primera votación. Por supuesto, que los purpurados pueden hablar entre ellos o dar un breve discurso sobre su posición de lo que requiere la Iglesia para este momento.

Todos tienen unas papeletas en las que proponen a un "candidato". Luego, cuando de los llama de a uno, forman una fila para acercarse hasta la urna y votar.

Cuando la votación concluyó, los escrutadores realizan el recuento en voz alta con los votos. Si algún cardenal consigue los dos tercios de los votos, será el elegido. Sin embargo, debe cumplir unos pasos obligatorios antes de ser oficialmente el nuevo "Papa". Se le pregunta si acepta la misión que Dios le ha encomendado, por medio del Espíritu Santo que guio a sus colegas.

Si acepta, se le pregunta con que nombre llevará adelante su pontificado y luego se lo vista como Jefe de la Iglesia, con el blanco que es exclusivo de los papas. Como a priori no se sabe quién será. Hay tres juegos de talles diferentes para vestir al nuevo Papa.

En un ángulo de la Capilla Sixtina están las dos estufas en las que se queman las papeletas. Se les agrega un elemento para que el humo sea negro - si no hay una definición - o blanco si "habamus papam". Los fieles en el exterior, en la Plaza San Pedro, estallan de júbilo al ver el humo blanco. Desde el balcón se hará el anuncio del elegido y de su nombre pastoral. Finalmente, el nuevo Papa aparece en el balcón de San Pedro y pronuncia sus primeras palabras.

Pero si no hay acuerdo, el humo negro será lo que se vea por la chimenea y se sucederán votaciones por la mañana y por la tarde. Varias en cada turno. Siempre buscando conseguir los dos tercios de las voluntades de los cardenales.

El desempate

Las votaciones se repiten por día y por turno. Con un día de reflexión entre cada jornada. Si luego de 11 días, no hubiese un pronunciamiento con los dos tercios a favor de nadie, se procede a un desempate. Una suerte de balotaje entre los dos cardenales más votados en la última elección. Los cardenales que llegan a esa instancia no pueden votar.

 

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