Dentro del espacio llamado Derecho a réplica, que se inauguró con los políticos y siguió con Gerardo Sofovich, anoche fue el turno de una Mirtha Legrand que cenó y habló de todo.
La Chiqui tuvo un trato de diva desde que llegó a los estudios hasta que se fue. Para su comodidad, la producción le dio un camarín contiguo al de Marcelo Tinelli, en cuya puerta había una estrella dorada con su nombre. Puertas adentro, rosas de color rosa, velas aromáticas de vainilla, una caja de sus bombones preferidos, pasta de almendras y menta. También la esperaba una bandeja con sándwiches de salame ("su debilidad").
Primero ingresó el imitador, Martín Bossi, que jugó a ningunear a Tinelli, interrumpiéndolo todo el tiempo. Cuando llegó la Mirtha original, idéntico vestido y peinado, la presentación del anfitrión fue tan eufórica que público, imitadores y asistentes la recibieron aplaudiendo de pie. "Casi lloré", fue lo primero que dijo ella. "Es uno de los momentos más importantes en las historia de estos 20 años de programa", devolvió él conductor.
Mirtha bromeó con Bossi y le dijo: ahora te quiero ver, mientras la diva copiaba al imitador (lo del dedito, sí). ¿Se acuerdan de que había amenazado con una carta documento si no le gustaba la imitación? Bueno, "nada de cartas documentos —dijo—; no me gustan esas cosas. Lo dije al pasar". Y a propósito de la parodia se mostró tan a gusto que empezó a referirse a Bossi como "la Chiqui segunda". Destacó que la imitación está evolucionando y que "hoy está diez puntos. Ma-ra-vi-llo-so. A veces, cuando veo la imitación, me pregunto si yo seré así y llegué a la conclusión de que sí, soy así".
Después dijo que la tele de hoy "está un poco zafada, sin límites", que de ShowMatch no le gustó el corte de polleras ni cuando Tinelli se ponía alfajores enteros en la boca. ¿Y el baile del caño? "Yo soy grande, pudorosa, y no estoy acostumbrada. Pero a la gente le gusta".
De ahí a la política. "Los argentinos están viviendo un momento difícil. Me conmueve cómo la gente, y me incluyo, se esfuerza todos los días". Con Cristina fue dura. Dijo alternadamente que es "muy autoritaria", "soberbia" "y un poco maestrita". Tinelli mechó: "A Cristina la veo agrandadita. Habla desde un pedestal".
Para el cierre, cantó una de Pimpinela, a dúo con Tinelli (más las voces de Lucía y su hermano, de fondo). "Fue una de las noches más felices de mi vida", remató la invitada.-