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"Voy al monolito de Pappo y lo re puteo"

Es una leyenda viva del rock y compartió cientos de escenarios con él. Confesó a 24CON que si hubiera estado con el Carpo antes de su muerte "las cosas habrían sido distintas".
Martes, 24 de febrero de 2009 a las 21:36
En la redacción de 24CON, antes de las 14, Michell Peyronel espera sentado y tranquilo. Tiene el pelo disparatado, ojos híper claros, voz muy gruesa y se mantiene en forma. A su lado, el concejal de San Martín y referente del MUP, Alejandro Battaglia. Nos ponemos todos un poco más cómodos, y aguardamos al café que recién llegaría para la segunda pregunta.

De entrada, el histórico baterista explica que el motivo de su visita es una propuesta. “Me interesa mucho realizar polos culturales, métodos distintos de los que se hicieron hasta ahora”. ¿Por qué el Conurbano como la opción ideal? Porque la movida del rock en los municipios es enorme. A tal punto que prefiere denominar a algunos distritos como “Ciudades rock”.

Según comenta, además de tener un muy buen currículum dentro de los productores de grupos locales, nunca se apartó de la música. Actualmente le pega a los parches en su propia banda llamada “Héroes del asfalto”, la que comparte con su hijo, el ex guitarrista de La 25, un cantante adolescente al que halaga y el bajista de Pier. Hasta ahora grabaron algunos temas y otros están en el mismo proceso. Y, aunque todavía no sonaron en vivo, no descarta invitación alguna.

Llega el café y se ensucia un poco la mesa con restos de edulcorante y sobrecitos de azúcar. De repente Michell encara para el pasado, aunque casi al final de la entrevista reniega y dice que suele desprenderse de él. Porque repasar la trayectoria de Peyronel lleva sus buenos minutos.

Pasó muchos años en Europa tocando con una banda que por poco no triunfa en el exterior. En Argentina, su talento e ingenio lo llevaron a fines de los ‘80s y principios de los ‘90s a convertirse en una revelación de los pequeños magnates de los medios de comunicación, con la puesta en marcha de la famosa FM Tango. Sí, una frecuencia moderna dedicada a jóvenes que pasaba temas de principios de siglo. Consecuencia: Un verdadero éxito.

24CON: ¿Cómo fue esa experiencia?
Michell:
Fue un boom en ese momento, a pesar de que mi manager me había dicho que estaba loco. Pero la gente se enganchó muchísimo y se lograron crear puentes generacionales que antes eran baches. Fue fantástico, porque yo lo trataba como si fuera rock. Y encima me hice amigo enseguida de los propios tangueros, como Lavié y otros, que me decían que menos mal que había hecho la radio yo porque si no sería un plomo terrible. El tango parece que es algo demasiado divertido como para dejárselo a los tangueros (risas).

24CON: ¿Seguirías con la radio?
Michell:
Ahora tengo ganas de rearmarla pero en Internet, para el mundo. Es una primicia la que te estoy dando. La idea es que así como hicimos una revolución en aquel momento volver a hacerlo pero online. Además, estoy diseñando formatos de radios para grandes marcas, porque que ellos se pueden permitir tener su propio medio en la Web. Tengo una productora que se llama Art Com System y le ofrezco una línea creativa.

24CON: Fuiste el baterista de la primera formación de Riff, una banda que descolocó los cánones de la música ochentosa del país ¿Cómo era tocar en la banda de Pappo?
Michell:
Riff no era la banda de Pappo (dice enojado), era nuestra. Donde obviamente él era el frontman, pero hay que decir la verdad de las cosas. No creas que le dábamos mucha bola. Con Vitico (bajista) lo sacábamos re cagando. A veces me hacía señas y me jodía cuando el público le gritaba “dale Pappo”, y yo le decía: Porque es fácil decir Pappo (risas). Fue una cosa muy intensa lo de RIFF, me gustó mucho uno de los títulos de la prensa que decía que éramos un fenómeno social. Eran verdaderos quilombos nuestros recitales, los pibes estaban muy excitados. Era un grito de rebelión porque estaban con los militares con la pata encima. Los demás cantaban “los dinosaurios van a desaparecer…” (imita una voz y se mofa) y nosotros íbamos con toda la bronca, al borde de ir presos.

24CON: ¿Era tan cabrón el Carpo cómo dicen?
Michell:
Era bastante cabrón, pero no mucho más que nosotros.

24CON: A cuatro años de su muerte ¿Qué te molesta de lo que se dice de él?
Michell:
Que digan pelotudeces como que “murió en su ley”. Eso lo dijo un pelotudo, que él sabe quién es, que encima toca en una banda de rock muy conocida. ¡¿Qué va a morir en su ley?! Eso es una boludez. Cada vez que pasó por ahí me agarro una mixt emotion, mezcla de emociones. Me da bronca, me bajo de la camioneta, voy ahí y lo re puteo. Porque encima, en una muerte violenta como esa te digo la verdad uno no se entera qué pasó. Para mí anda dando vueltas por ahí él.

24CON: ¿Qué pensas del accidente que le quitó la vida?
Michell:
Pappo no tenía ni la más mínima intención de matarse. Había hablado con él unos días antes y habíamos empezado a jugar con la idea de escribir algunos temas. Me dijo que había alquilado una quinta y que vaya, yo estaba en Baradero en ese momento. Si iba, a lo mejor hubiera cambiado la historia, porque la verdad salir en moto por la Ruta 5 en esas condiciones… Tuve cinco Harley Devison en mi vida y me crucé todo Europa en moto, pero nunca hice esas boludeces. La tendría que haber dejado ahí. Encima por esa ruta que es espantosa.

24CON: ¿Cuáles son las iniciativas culturales que quisieras emprender en los municipios?
Michell:
Tengo proyectos pero son medios secretos. Lo único que digo es que me gustaría ¡Que sea rock!... es menester (risas). Tengo uno muy concreto para hacer con el rock y presentar una alternativa diferente a la prevención, porque lo que se habla siempre es de prevenir contra el SIDA o con chicas embarazadas. Hay bocha de bandas, imaginate un lugar donde se pueda congregar todo, enseñar y tener una posibilidad. Porque hoy el negocio de la música está complicadísimo, hasta para mí también.

24CON: Entonces este año lo dedicarás a la banda, la radio y las propuestas culturales…
Michell:
Soy capaz de hacer muchas cosas a la vez, menos mascar chicle…También en San Isidro estoy pensando seriamente en introducirme activamente en la política y ver una posibilidad de integrarme para poder desarrollar ideas en cuanto a la cultura. Un municipio puede hacer grandes movidas. Me aquerencié en San Isidro, juego tennis en el club municipal, que debe ser uno de los más baratos del mundo. Ojo que hay que jugar en el piso de cemento, tenés que ser un “héroe del asfalto…” (risas).

A pocos minutos de que el botón de stop de un viejo grabador apague su voz en la cinta de un cassette ya usado, Peyronel arremete con todo, fiel a su temperamento. “Estoy en medio de un bolonqui con AADI que me gustaría que la gente se entere”, comenta.

La Asociación Argentina de Intérpretes es la encargada de representar a los músicos, y también de retribuirlos con sus respectivas regalías. Michell cuenta que los directivos de la entidad decidieron negarle los derechos de Riff, y también los que le corresponden como productor de bandas. “Se están quedando con mi dinero. Me quieren cagar. Según me dicen, capaz que no es, también le pasó a Santaolalla. Entonces es una cosa demencial. Es el momento de pararles el carro a asociaciones como esta que están hechas para nosotros. Ellos me recriminan que me hice socio hace poco, pero es una cuestión mía esa”, explica furioso.

Antes de pararnos y dejar la comodidad de la silla, volvemos a Pappo y deja bien en claro que se opone a cualquier clase de homenaje que haga en su nombre. Es por eso que “lo único que haría es una misa, sea católica, protestante o judía. Hay que rezar por su espíritu. Todos esas pedorradas que se hacen, como si a él le interesaran en la dimensión en la que está. ¿Qué homenaje es ese? Es para los pajeros de acá nomás”. Al respecto, el próximo sábado se realizará en Luján una conmemoración en su honor.

Ahora sí, apagamos el aire acondicionado de la sala, y el botón de stop del grabador le silencia la voz definitivamente, y el lugar queda vacío. Y la mesa sucia.
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