|
¿Cómo fue cuando conoció a Cortazar?
Durante muchos años viaje sólo. Llegaba a una ciudad cualquiera y buscaba en la guía telefónica apellidos conocidos.Y cuando llegué a París por primera vez, busqué Cortázar y llamé. Me atendió él. Yo conocía su voz porque durante muchos años fue relator de boxeo. Tenía ese tono más que francés casi gangoso. Le conté que era un chico mendocino que estaba en París. Le conté todo lo que sabia de Cortázar. No lo deje hablar y le gustó.
Hablamos de La señorita Cora, el me dijo que a él también le gustaba el cuento pero que no había tenido la repercusión que hubiera deseado. Después me dijo que le gustaría que nos conociéramos. Me invitó a tomar un café. Yo saltaba por las paredes. Hablamos toda la mañana y terminamos almorzando. Me pareció maravilloso haberlo conocido.
Después volví a París varias veces y nunca más lo llamé. Me pareció que la historia era esa, mejorar lo que había pasado era imposible.
Me transformó estar con el en frente y verlo fumar, ver sus modales y su mirada triste