La Fiscalía de Marsella anunció que "la caja negra habló" y que tienen en su poder la "transcripción de los 30 últimos minutos" de la grabación. Esta información es vital, ya que arroja que era el copiloto el que se quedó solo en la cabina, y que estaba vivo hasta el momento del choque: "Se le oye respirar".
Según publicó el diario El Mundo de España, el copiloto, de nacionalidad alemana, "accionó el botón de descenso de manera voluntaria". Mientras, los controladores le llamaban "sin obtener respuesta".
"La acción sólo puede ser voluntaria. Escuchamos una respiración humana hasta el impacto", especificó la Fiscalía, confirmando la información de que estaba además solo en la cabina. Al otro lado de la puerta, el piloto aporreaba la puerta para que le dejara entrar.
Según informa Rosalía Sánchez desde Berlín, el copiloto Andreas Lubitz (1987), procedente de Montabaur, en la región de Renania Palatinado, y trabajaba para la compañía desde septiembre de 2013. Acumulaba 630 horas de vuelo y se había formado en Bremen y en la Escuela de Vuelo de Lufthansa, por lo que era considerado como un joven muy bien preparado para el trabajo.
Respecto a los pasajeros, según Robin Brice, fiscal de Marsella, estos "sólo se dieron cuenta en el último momento" de lo que ocurría. La pérdida de altitud fue de "1.000 metros por minuto". "El copiloto tenía la intención de destruir el avión", ha sentenciado el fiscal.
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26 de marzo de 2015