El viejo refrán reza que “donde hubo fuego, cenizas quedan” y, por más que se trate de una frase trillada, lo cierto es que su veracidad parece cobrar fuerza una vez más. Es que cuando todos, incluso ellos mismos, creían que la historia de amor entre Victoria Vanucci (26) y Cristian Fabbiani (25) estaba terminada, aparentemente en los últimos días se habría empezado a gestar la reconciliación. Todo comenzó el pasado jueves, cuando la modelo de Leandro Rud le ganó el duelo de Strip Tenis a Alejandro Fantino en el programa “Animales Sueltos”, que se emite todas las noches por América. Como premio por su triunfo, la ex Electrostar recibió un trofeo que, a la mañana siguiente, habría aparecido en el baúl del BMW que el futbolista había llevado a un lavadero de autos en Lanús.

A partir de allí, comenzó el juego de las especulaciones, aunque fue la propia Vanucci la que, entre risas nerviosas, se encargó de confirmar el encuentro, aunque adujo que se trató de un simple intercambio de vehículos, ya que al día siguiente ella viajaba a Miami para acompañar a sus ex compañeras. Sin embargo, al regreso de “la ciudad del sol”, fue recibida en Ezeiza por su ex marido, quien al igual que ella lucía en el dedo anular de su mano izquierda la alianza que rubricó su unión matrimonial. Sorprendida en exclusiva por CARAS, Victoria, que llegó imprevistamente por el sector A de la aeroestación, correspondiente a los vuelos locales, se subió junto a su amiga Ivana Pallotti a un auto que recorrió los pocos metros que separan ambos espigones, para luego sí pasarse al lugar del acompañante del Audi conducido por “El Ogro”.

El tema del anillo de casados tiene una historia muy particular, que vale la pena desmenuzar en detalle Aparentemente, en uno de los tantos llamados que la también conductora televisiva recibe permanentemente de su ex, éste le pidió que, como cábala, llevara puesta la alianza durante el duelo tenístico con Fantino A juzgar por el resultado del partido, la súplica del ex jugador de River habría tenido el efecto deseado, a tal punto que desde entonces ella no se la volvió a quitar De hecho, durante su estadía en los Estados Unidos lució su escultural cuerpo en las playas de South Beach, siempre con el símbolo emblemático de la unión entre un hombre y una mujer adornando su mano izquierda

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