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”Vamos a volver”: Cristina Kirchner lanzó una invitación al Partido Justicialista y piensa en 2027

La ex presidenta busca que su mensaje a la militancia en Plaza de Mayo unifique al peronismo detrás de su liderazgo. Los interrogantes que se abren en torno a las negociaciones electorales pendientes.
 

Por Redacción

Jueves, 19 de junio de 2025 a las 08:31

En su primera aparición como detenida, Cristina Kirchner mandó un mensaje grabado para ser escuchado en el acto realizado en su nombre. “En esta etapa es necesario organizarse para clarificar cuál es el verdadero problema que tiene nuestro país. Vamos a volver con más sabiduría, con más unidad y con más fuerza”, sostuvo la ex mandataria, que empezó a cumplir la condena de 6 años por la causa Vialidad.

“Este modelo no tiene futuro, se cae y por eso estoy presa”, afirmó Cristina en el discurso para toda la militancia. 

Y agregó: “Pueden encerrarme, pero no al pueblo argentino”.

CFK pelea por su centralidad, su gente pelea por la centralidad de ella. La militancia se acopla a esa pelea. Son un sector del peronismo. Importante, trascendente, pero que no determina la hoja de ruta de todo el espacio político. Para muchos dirigentes, la marcha de fue necesaria para mantener una línea de coherencia en el discurso de proscripción política que tantas veces fue una bandera discursiva.

El “Vamos a volver” tiene un tono épico que empuja a los corazones kirchneristas, pero que no conmueve a los que están fuera de ese círculo chico. En el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), por ejemplo, admiten que a partir de ahora el tiempo de la negociación electoral volverá a marcar la agenda interna del peronismo. Exactamente en un mes se cierran las listas. Inevitablemente, todos tienen que sentarse a negociar.

Los más duros vieron en la marcha de una suerte de “despedida” a la centralidad plena de CFK y su influencia, siempre determinante, en los armados electorales. Sin poder competir, sus acciones valen menos. En la otra punta, los más entusiastas divisaron en la multitudinaria concentración un punto de encuentro para todo el peronismo y un momento clave para comenzar a rearmar la estructura del peronismo nacional. Con una particularidad: CFK debe estar a la cabeza de ese proyecto.

La unidad del peronismo en la calle fue circunstancial. Fue por un tema en el que no hubo matices. Pero la vida interna de la fuerza política no depende exclusivamente de la situación judicial de la ex presidenta. No solo hay un proceso electoral que organizar, sino que también hay una necesidad latente, de gran parte de la dirigencia, de encontrar un rumbo para diseñar una opción política sólida y ordenada. Todo lo que el peronismo hoy no tiene.

La CGT dio libertad de acción a los gremios que la componen, pero no se movilizó. Los gobernadores dieron su respaldo en la reunión de ayer en el PJ, pero, salvo Axel Kicillof y Ricardo Quintela, ninguno asistió a la Plaza de Mayo. No hubo foto de unidad. Todos tienen muy en claro que hay dos caras de la moneda. De un lado, la unidad para respaldar a CFK. Del otro, la reorganización del peronismo. No están íntimamente ligadas.

La detención de la ex jefa de Estado les permitió a todos los dirigentes del peronismo encontrarse en un solo lugar. Algo extraño en este tiempo de reproches incesantes y pedidos incumplidos. A nivel global, respecto al tiempo que viene, hay un punto clave de unidad. Existe una definición que, según contó Guillermo Moreno, dijo Sergio Massa en una de las reuniones del PJ: “Acá somos los peronistas contra los libertarios”. Hay acuerdo en esa definición, pero no en como llegar hasta ahí.

Por ese motivo, el ferviente grito de unidad a cualquier precio no tiene demasiado sentido para este momento del peronismo. Tal vez sirva para la elección inmediata. Porque la división los llevaría a una derrota asegurada. Pero para fundar un proyecto nuevo que tenga la capacidad de competir por el poder en dos años, no alcanza con la épica y los gritos de guerra.

Cristina Kirchner le abrió la puerta a un camino hacia el 2027. El kirchnerismo más duro se encargará de construir la idea de que ella puede volver al poder en dos años. Hay mañana. Hay una forma de levantarse. El peronismo necesita ordenar las piezas del rompecabezas. La posibilidad está. Ese fue el mensaje de la ex presidenta. Hay agua para tirarse a la pileta.

A partir de ahora el peronismo ingresó en una etapa de reconfiguración. La líder más importante del espacio no puede salir ni al balcón de su casa. Las limitaciones serán muchas para poder seguir teniendo la influencia que tenía antes. Máximo Kirchner y los dirigentes de la mesa chica de La Cámpora interpretarán sus pedidos y sus directrices.

“Vamos a volver”. Debajo de ese grito entusiasta, la tierra está movida, revuelta. Comienza un nuevo tiempo en el histórico partido. Aunque hoy parezca que es solo un capítulo más de la larga historia. Se terminó la marcha. Empieza, otra vez, la dinámica discusión por el reacomodamiento del peronismo.

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