Historia oculta de Frigerio y la candidata PRO impugnada

Joana Picetti, asesora de AYSA y muy cercana al ministro del Interior, es acusada por su expareja por maltratos y abusos a sus tres hijos pero se niega a dejar la lista de diputados de Vamos Juntos en Capital Federal.

 No son momentos fáciles para el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. La inclusión de una colaboradora suya en la lista de diputados del PRO en Capital Federal encendió una guerra de consecuencias indeterminables.

Todo comenzó cuando Mariana Zuvic, histórica dirigente santacruceña del ARI y esposa del diputado Eduardo Costa, rechazó ocupar el octavo lugar de la lista de Vamos Juntos. Sucede que en el aquel momento no parecía un lugar "entrable" y la diputada del Parlasur consideraba que estaba para más.

Rápido de reflejos, Frigerio comenzó a presionar vía el jefe de Gabinete Marcos Peña para colocar allí a una persona de su extrema confianza: Joana Picetti. Se trata de una joven que tiene un máster en administración de empresas y cumple funciones de asesoramiento en el directorio AYSA en la búsqueda nuevas oportunidades de negocios, donde fue puesta por el ministro apenas asumió. En los pasillos de la empresa de agua sugieren, sin dar más precisiones, que la cercanía sería literal y que se conocen desde hace varios años. 

Con la gigantesca cosecha de votos del 13 de octubre, con casi la mitad de los sufragios porteños, Carrió casi aseguró que ingresen en diciembre a la cámara baja unos ocho diputados. Y comenzó a reclamar el lugar que para ella siempre le perteneció.

El problema es que la "amiga" de Frigerio enfrenta duras acusaciones de su expareja, David Bibulich, tras una separación por demás conflictiva en la que debía resolverse la tenencia de los tres pequeños hijos del matrimonio.

Bibulich denunció que la candidata del PRO había maltratado a los niños, al encerrarlos en el galpón de la casa de su madre en el conurbano, e incluso, según los menores, los habrían fotografiados desnudos. El exesposo de Picetti también se enteró de un video pornográfica que protagonizaba su entonces pareja, aparecido en internet, tres días antes del Día de la Madre. 

Por estos motivos Bibulich realizó la primera denuncia en la justicia de la Ciudad, pero Picetti fue sobreseída, por lo que hizo otra presentación ante un tribunal bonaerense, que le dio la tenencia provisoria a la funcionaria de Frigerio.

"En una audiencia la jueza (María Silvia) Villaverde me dijo en forma amenazante que no podía hablar nunca más de un video pornográfico que está online en Internet de la madre y que yo vi a tres días antes del Día de la Madre, cuando se fuga y se lleva a los chicos de mi casa", relató el padre en 2014, ante las cámaras de Crónica TV.

En el mismo video, Bibulich relata que "ella tiene 33 años, se llama Joanna Picetti y es de Lanús, donde hoy mis hijos en la actualidad durante la semana están encerrados en el fondo, durmiendo con colchones en el piso. Es un galpón chiquito, donde la madre de ella era costurera y donde a mis hijos decían que de noche y de día les hacían fotos desnudos".

Luego de varios meses al cuidado de la madre, Bibulich denunció a la jueza Villaverde y logró que el Juzgado de Familia N° 5, le otorgara la tendencia definitiva de los tres hijos e imponga una restricción perimetral contra Picetti. Un colaborador de Carrió accedió al expediente, que todavía sigue en trámite y comenzó a filtrarlo en los medios.

Frigerio lo sintió como una venganza, pero al tomar estado público el conflicto, le pidió a Picetti que en forma voluntaria renuncie a la candidatura porteña, a lo que la asesora de AYSA se negó. Es más, aprovechó una invitación a Europa del G20 para alejarse del país.

Al retornar a la Argentina, colocó en las redes sociales un mensaje llamativo: "Lo más importante que aprendí en mi vida es a ser fuerte aunque la vida te de un revés y tener confianza en vos mismo, saber quién sos y a dónde vas te calma cuando hay una tormenta! Nunca traicionar tus principios y valores, seguir siempre tu corazón y tu intuición!".

Parece que va a seguir desafinado al ministro del Interior, quien hace malabares para explicar los motivos oscuros de tamaña insubordinación, a pesar del últimatum de Carrió.