Agustín Chiminelli, el joven de 24 años acusado de haber asesinado a María Alejandra Abbondanza (38), tiene un celular en la cárcel y realiza publicaciones en sus redes sociales.
Pese a la prohibición de tener teléfonos en la cárcel, el femicida hace posteos en las redes. "Dios bendiga a todos los que me maldicen", publicó en una historia. Y hasta chateó con un vecino que lo increpó por el femicidio.
En las últimas horas, desde el municipio de Campana tomaron nota de la situación y le pidieron al gobierno bonaerense que le quiten el teléfono a Chiminelli.
"Estoy privado de mi libertad, no de mis sueños. Gracias a Dios estoy en un lugar mejor, lejos de toda la mierda que me rodeaba. Pero Dios es grande y solo él puede juzgarme", fue el mensaje que publicó Chiminelli.
La madre y el padre del principal acusado se despegaron del hecho, pero siguen detenidos. "Mis viejos son inocentes y no le pasó cabida a lo que digan o piensen. Ya va a tener todo su vuelta y me la van a pagar", dijo.
"Maté a una persona y la quemé en la parrilla", le había confesado el sospechoso a su padre tras el brutal femicidio. El cuerpo de Abbondanza fue encontrado semiquemado y desmembrado en la parrilla de la casa de la familia Chiminelli, en Campana.
La víctima murió de un traumatismo cráneo encefálico severo, presuntamente provocado por el golpe con una mancuerna, y luego el cuerpo fue mutilado y quemado con la intención de hacerlo desaparecer.