Al hacer el chequeo de stock al final del día, las trabajadoras de un local sobre la calle San Luis constataron que les faltaba una parte de la mercadería.
Al revisar las cámaras se encontraron con el motivo: el coordinado ataque de tres “mecheras” que habían simulado comprar sobre el mediodía.
La primera sostenía dos camisas en alto para tapar tanto la visión de la videovigilancia como de la cajera. La obstrucción fue aprovechada por la segunda que, rápida de reflejos, manoteó un pilón de remeras y los metió en la bolsa de la tercera que ya estaba abierta y lista para recibir lo robado.
Cuando la empleada se acercó, la primera preguntó por talles y precios, mientras que la segunda, que se hizo pasar por una amiga, la acompañó.
Luego de hacer una compra menor para simular aún más la operación se retiraron con decenas de miles en mercadería.