“Se hicieron las tareas de búsqueda aérea y terrestre, pero al no obtener resultados positivos se decidió esperar a que surjan nuevos indicios para continuar con la búsqueda”, explicó Condomí Alcorta en diálogo con Télam.
En ese sentido, resaltó que “se está a la espera de un llamado que nos permita tener nuevos indicios sobre el lugar en donde pueda haber caído la aeronave”.
“Compartimos la decisión del fiscal de esperar a que surjan nuevas pruebas para continuar con la búsqueda; siempre estando atentos, para que cada vez que algo aparezca iniciar rápidamente los rastrillajes”, agregó.
“No tengo ninguna novedad y es imposible. Siempre están buscando por el mismo lado y no tienen los elementos necesarios. Sin aparatos para encontrarlo, para detectar metales, es imposible. Es tremenda la incertidumbre”, dijo Beatriz Marasio, la madre del piloto en Radio Latina.
“Él salió para controlar la ruta, estaba trabajando y quién lo cuidó... Nadie...No hay radares que funcionen bien ni nada. ¿Dónde está? ¿Quién lo llevó? Algo debía de aparecer ya. No es tan profundo y si es profundo ya debería haber salido a flote”, agregó la mujer.
“Si lo hubieran buscado en seguida algo hubieran encontrado. Tardaron en comenzar la búsqueda. A lo mejor lo llevaron para otro lado. No sé con quién iba. Quizás lo llevaron al Uruguay”, concluyó dolida la mamá de Ferzola.
El helicóptero Robinson 44, conducido por Alejandro Ferzola, partió el 2 de enero desde el aeródromo de Brandsen hacia Santa teresita, en donde iba a recargar combustible y desde allí volaría hasta Pinamar, donde se sumaría al control de tránsito que desarrollaba la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), para el cual había sido contratado el piloto.
Desde su desaparición, la Administración Nacional de la Aviación Civil inició la tarea de búsqueda que incluyó 18 aeronaves que recorrieron unos 9.000 kilómetros para esa tarea, no obteniendo resultados favorables que permitan dar con el paradero de Ferzola y la aeronave.
26 de abril de 2011