Luciana Salazar y Martín Redrado se presentaron en Tribunales con la esperanza de poder llegar a un acuerdo con el que tener una Nochebuena en paz. Sin embargo, nada de esto ocurrió, la audiencia fracasó y terminó sin éxito ni un consenso por la manutención de Matilda.
La modelo intenta que el economista se haga cargo del acuerdo que firmó mediante el cual se comprometió a pagar los alimentos de la menor hasta que ella cumpliera la mayoría de edad. Si bien Redrado intenta desconocer ese documento, él pagó una cuota durante los 3 primeros años de Matilda. Y cuando Luciana esperaba llegar a un acuerdo definitivo para cerrar el tema antes del 2026, no tuvo suerte.
"La verdad es que no hubo acuerdo. Me imaginé que sería una pérdida de tiempo más. Estamos acá por despecho, es claro quién es el que no suelta en esta situación. Encima es una burla para la Justicia porque ni siquiera hubo un intento de acuerdo", dijo Salazar en diálogo con la prensa.
Enojada, pensó en la posibilidad de que el Juez tome una decisión cuanto antes. "Dios quiera que se pueda expedir antes de la feria judicial. Estoy totalmente desilusionada. Esto no es una cuestión de patrimonio porque es multimillonario. Ustedes no dimensionan el patrimonio de Redrado. Fui 8 años su mujer, sé los gastos que maneja".
Para la modelo, la actitud del economista tiene que ver con el despecho y advierte: "Lo que más me enoja es que no piensa ni siquiera en la mujer que tiene al lado. Es una falta de respeto total porque sigue en algo con una ex... no respeta nada. Yo espero que ella le diga que tiene que poner un fin a todo esto".
En cuanto a lo que siente hoy por su ex, fue terminante: "La verdad es que hoy no me lo crucé. Tengo tanto rechazo hacia su persona que prefiero esto".
Si bien Martín Redrado no es el padre biológico de la niña, según trascendidos, Luciana Salazar asegura que el economista hizo grandes esfuerzos para ser padre junto a ella, pero por condiciones de salud de ambos no pudo ser. Aun así, la vedette sostiene que de la boca del político salió la idea de la gestación subrogada que trajo al mundo a Matilda.
Qué dice el contrato firmaron Luciana Salazar y Martín Redrado en 2017:
Las cláusulas y los puntos clave de este acuerdo que hoy es la base de una millonaria demanda judicial, tal como trascendió en la prensa.
1. El objeto: la protección de Matilda
A pesar de que Martín Redrado no es el padre biológico de Matilda, el contrato de 2017 lo posiciona legalmente bajo la figura de "padre afín". En este documento, el economista asumió voluntariamente el compromiso de financiar el crecimiento y la educación de la menor hasta su mayoría de edad.
2. Los compromisos económicos
El acuerdo detalla cifras y conceptos específicos que Redrado debía cubrir mensualmente:
Cuota alimentaria: se estableció una suma de 10.000 dólares mensuales. Según trascendidos, el monto variaba según la edad de la niña, habiendo alcanzado picos de 13.000 dólares en los primeros años.
Vivienda: el pago del alquiler de una propiedad de alto nivel para Luciana y su hija, con un tope de 4.000 dólares. Además, el economista se hacía cargo de las expensas y los servicios de dicha vivienda.
Educación: la cobertura total de un colegio de élite hasta que Matilda cumpla los 18 años.
3. La "Cláusula de Convivencia": El punto de control
Uno de los aspectos más polémicos del artículo es la limitación impuesta a la vida privada de Salazar. El contrato estipula que los beneficios económicos cesarían si la modelo decidiera convivir con otra pareja. Esta cláusula ha sido señalada por diversos analistas como una forma de control sobre la libertad personal de Salazar a cambio del sustento económico.
4. Garantías en caso de muerte o incumplimiento
Para asegurar que los fondos llegaran a destino independientemente de la voluntad o la presencia de Redrado, se incluyeron dos mecanismos:
Garantía accionaria: se pusieron acciones de una empresa (vinculada al sector financiero) como respaldo ante posibles impagos.
Seguro ante el fallecimiento: el contrato otorgaba a Salazar el derecho de reclamar el cumplimiento a los herederos o a través de los bienes declarados en el documento en caso de muerte del economista.