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Al ver las imágenes, Misaki no dudó en decir que le pertenecía y la reclamó ante las autoridades. El joven vive en Rikuzentakata, una de las ciudades más afectadas por el tsunami.
La pelota tiene escrita la siguiente leyenda: "¡Ánimo, Misaki Murakami!" y las firmas de sus amigos. "No tengo ninguna duda de que es mía", comentó el joven al diario The Japan Times.
"Para ser honesto estoy sorprendido. Quiero agradecer a la persona que la encontró, ya que ninguno de mis objetos de valor sentimental fueron hallados", detalló el adolescente.
Los Baxter, por su parte, dijeron estar contentos de que el dueño de la pelota esté a salvo y aseguraron que le devolverían el balón tan pronto como sea posible. En una conversación telefónica con el joven le hablaron de sus planes de viajar a Japón en los próximos meses para entregarle personalmente su preciado regalo.