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La golpeó, la prendió fuego y la encerró una semana

Lorena es de Lanús y estudia medicina. Su novio era el supuesto director de un instituto y se convirtió en su pesadilla. "Es un sádico y perverso", dijeron a 24CON. Una historia escalofriante.
Miércoles, 31 de marzo de 2010 a las 11:15

De un día para el otro la vida de Lorena Borysiuk, de 23 años, se convirtió en una tragedia. Ella vive en Lanús y estudia medicina en la UBA. En octubre comenzó una relación sentimental con su profesor de bioquímica. A los pocos meses, la relación viró y empezó a convertirse en la peor pesadilla de su vida. Nicolás Salvo, su novio, la golpeó en reiteradas ocasiones. Ella lo perdonó y volvió a verlo. Hasta que el 1 de marzo su historia se alejó del amor y pareció convertirse en una relación llena de sadismo y odio.

Ese día Lorena fue a verlo al instituto Houssay, que se ubica sobre la Avenida Corrientes al 2070, y donde él daba clases y figura como supuesto director. Estaban en un cuarto junto a la madre de su novio. Allí se desató una discusión sin sentido: Ella no había terminado de leer unos apuntes. De repente, la golpeó bruscamente. “Voló por el aire en la habitación”, dice literalmente el expediente judicial del caso.
 
"En medio de la discusión, la madre le decía: '¿Ves? Te dije, ella no te conviene'. Literalmente metía leña al fuego. La madre salió del cuarto y él me dijo: '¿Qué tengo que hacer con vos? Decime: ¿Te saco un ojo con un alicate? Elegí'", dijo la chica al diario Clarín.

Luego de la ráfaga de golpes que Salvo le propinó, ella cayó al suelo. “Ahí la roció con alcohol fino, sacó su encendedor y la prendió fuego. Después la encerró bajo la ducha fría y le dijo que no la iba a dejar atenderse por médicos porque lo iba a denunciar. Es un sádico y perverso”, relató a 24CON el abogado de la víctima, José Vera. 

Con quemaduras graves en su rostro, en las axilas –zona donde tuvo desprendimiento de piel-, y en parte del torso, Lorena quedó inerte envuelta en una sábana. Pero a su odisea le quedaba aún la peor parte. Sin posibilidades de escapar, el sujeto la encerró por 7 días en un cuarto vació del instituto, donde nadie podía oirla, la ató, y le dio somníferos. Mientras, las heridas producto del fuego le perforaban el cuerpo.

"A veces deseaba que llegara la hora en que me durmiera con sus pastillas para escaparme de esa realidad. Pensé que era eso o que viniera a matarme", recordó Lorena.

La pesadilla duró hasta el 8 de marzo, cuando Salvo entró al cuarto y decidió liberarla, no sin antes haber llamado por teléfono a su hermano y decirle que “lo iba a hacer mierda”, según consta en la causa. Sus últimas palabras hacía ella, fueron petrificantes: “Más te vale que no me denuncies porque te mato”.

Lorena salió en estado de pánico y se hizo atender de inmediato en el Instituto del Quemado. Corajuda, después radicó la denuncia en una comisaría porteña. A los pocos días, los engranajes judiciales parecieron aceitarse rápido y la justicia ordenó detener a Salvo, que se encuentra actualmente en un penal de Ezeiza.

Ahora, la Cámara Nacional del Crimen “evidentemente tiene que rechazar los recursos que ha presentado el acusado, que ha tenido una actitud extrema y agresiva, ya que solicitó la excarcelación, pero le ha sido rechazada por el juez”.

El rumor del espanto

Consultado por 24CON, el letrado José Vera indicó que existen trascendidos judiciales que causan escalofríos: “Habrían encontrado restos humanos en dos allanamientos, uno la propia casa de Salvo y otra en el instituto”. “Es una etapa de la investigación que está avanzando y es preferible no hacer evaluaciones al respecto”. Además, el abogado señaló que a raíz de la resonancia del caso, otra joven también denunció haber recibido golpizas y malos tratos del mismo imputado.

Para Lorena continúa la odisea: No puede dormir de noche con la luz apagada, ya que teme despertarse y encontrarse en ese fatídico cuarto, en estado de pánico, atada y sin salida.

 

 

Fotos: Clarín

31 de marzo de 2010

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