El primero en realizar la paradoja de imitar a su imitador fue Nestor Kirchner. Luego de una tarde agitada en Avellaneda, el ex Presidente se lanzó al público cual Freddy Villarreal lo hizo en ShowMatch. Además, en uno de sus discursos volvió a atacar a Clarín con el ya clásico: "¿Qué te pasa Clarín?, ¿Estás nervioso?". Pero se sabe que Nestor es "un tipo jodón", al menos es lo que dice su imitador.
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Por su parte, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner siempre se había mostrado un tanto distante con respecto a los chistes, sobre todo a la hora de hablar del segmento del programa de Marcelo Tinelli, "Gran Cuñado". En efecto, siempre que se le consultó por el Show se encargó de dejar bien en claro que no lo miraba por su adicción al cine: "Soy cinéfila", alegaba.
Sin embargo en uno de sus últimos discursos ya había deslizado una muestra de que al menos alguna vez había sintonizado a Marcelo, al jugar con los géneros tal como lo hace su imitador ("Argentinos, argentinas", etc.) y luego hacer mención al mismo con una sonrisa.
Pero eso fue apenas un adelanto de lo que dijo en su último discurso. Luego de inaugurar el Polideportivo Municipal "Diego Armando Maradona" en Ezeiza, la Presidenta dio un discurso en el cual volvió a bromear con su imitación, al pedir con su brazo levantado: "¡Por favor, por favor! El del bombo. Por favor", luego sonrió y continuó con alocución.
No sólo los oficialistas emulan a sus imitadores. Francisco de Narváez, "tipo común" si los hay, no sólo jugó con su personaje durante sus oraciones en Tandil, sino que también hizo participar al público presente. El Colorado dijo "Alica" y el público respondió "Alicate". A lo cual le siguió "Quereme" y "Querete", respondió el coro. Lo mismo ocurrió con "Votame" y "Votate".
Estrategia o relax humorístico, sólo ellos lo saben. Lo cierto es que el fenómeno de "Gran Cuñado" se convirtió en protagonista de la escena política nacional.