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Una sorprendente teoría detrás de la baja mortalidad por coronavirus en África

A medida que el número de infecciones sigue descendiendo en Sudáfrica y los casos se mantienen en niveles relativamente bajos en casi todo el continente, los expertos han llegado a una hipótesis que podría sorprender a muchos.
Lunes, 07 de septiembre de 2020 a las 10:16

Es un rincón del mundo con ciudades abarrotadas, donde hay poca higiene y en donde en, ciertas comunidades, es imposible poner en práctica el distanciamiento social: las familias son numerosas y suelen compartir una sola habitación.

Durante meses, los expertos en salud han estado advirtiendo sobre la probabilidad de que las condiciones de vida en las comunidades urbanas pobres de África contribuyan a una rápida propagación del coronavirus.

"La densidad de población es un factor clave. Si no se tiene la capacidad de poner en práctica el distanciamiento social, el virus se va a propagar", indica el profesor Salim Abdool Karim, presidente del comité asesor ministerial sobre la covid-19 de Sudáfrica

A principios de la pandemia, todos los expertos y estudios coincidieron en que África estaba en problemas.

"Pensé que nos dirigíamos hacia un desastre, un colapso total", explica el virólogo sudafricano Shabir Madhi.

Incluso las predicciones más optimistas estimaron que los hospitales del país -parte del sistema de salud más desarrollado del continente- se verían desbordados rápidamente.

Pero hoy Sudáfrica parece en camino de dejar atrás su primera ola de infecciones con una tasa de mortalidad por covid-19 cerca de siete veces menor que la de Reino Unido.

Incluso si muchas muertes no han sido reportadas en Sudáfrica, el país todavía ha tenido un impresionante desempeño, al igual que muchas otras partes del continente, donde las camas hospitalarias permanecen vacías y los gráficos de infección han evitado los picos pronunciados que se ven en otras partes del mundo.

"La mayoría de los países africanos no tienen picos. No entiendo por qué. Estoy perdido", admite el profesor Karim.

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Y el virólogo Madhi está de acuerdo con él: "Es un enigma. Completamente increíble".

Desde hace tiempo, los expertos han argumentado que las tasas de infección relativamente bajas de África se deben a su población joven. Después de todo, la edad promedio en el continente es aproximadamente la mitad que la de Europa.

Muchos menos africanos viven hasta los 80 años, por lo que es menos probable que mueran tras contraer el virus.

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"La edad es el factor de riesgo más alto. La población joven de África protege (al continente)", dijo Tim Bromfield, director regional del Instituto Tony Blair para el Cambio Global.

Otros coronavirus

Pero en los últimos días, los científicos de la Unidad de Análisis de Vacunas y Enfermedades Infecciosas del hospital Baragwanath, en las afueras de Johannesburgo, se han estado preguntando si el factor que se les ha escapado -y que podría ser la respuesta a lo que ven como un misterio- podría estar dentro de un congelador en un laboratorio en las afueras de Johannesburgo.

Este congelador, cuya temperatura se mantiene a -180 °C con ayuda del nitrógeno líquido, contiene botes de metal que almacenan muestras de sangre humana obtenida hace cinco años.

O para ser más específicos, extractos de células sanguíneas -conocidas como células mononucleares de sangre periférica (PBMC)- adquiridas durante un ensayo anterior a la vacuna contra la influenza en Soweto, un área urbana compuesta por un conjunto de asentamientos al suroeste de Johannesburgo.

Pese a las numerosas advertencias desde el inicio de la crisis sanitaria, África continúa registrando cifras de contagios y de muertes relativamente bajas cuando se compara con otras regiones del mundo.

La idea es que estudiar las PBMC podría darles a los científicos evidencia de que esas personas ya habían contraído un gran número de otros coronavirus responsables de muchos resfriados comunes y como resultado disfrutarían de algún grado de inmunidad a la covid-19.

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"Es una hipótesis. Algún nivel de inmunidad de protección cruzada preexistente... podría explicar por qué la epidemia no se propagó (con la misma velocidad que en otras partes del mundo)", dice el profesor Madhi, agregando además que una serie de datos recogidos por científicos en Estados Unidos parecía apoyar la hipótesis.

Los resfriados y la gripe son, por supuesto, algo común en todo el mundo.

Pero los científicos sudafricanos se preguntaron si, debido a que esos virus se propagan de manera más efectiva en vecindarios superpoblados, las comunidades más pobres podrían haber estado más expuestas y, por lo tanto, disfrutar de un mayor grado de inmunidad al nuevo coronavirus.

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Lo mismo, por supuesto, podría decirse de otras partes del mundo, como India, que enfrenta retos similares.

"La protección podría ser mucho más intensa en áreas densamente pobladas, en entornos africanos. Esto podría explicar por qué la mayoría (en el continente) ha tenido infecciones leves o asintomáticas", dice Madhi.


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