En una entrevista exclusiva a 24CON, el abogado de las presuntas víctimas, Juan Pablo Gallego, lo advirtió: “No sabemos qué puede llegar a hacer Grassi cuando lo declaren culpable”. Sucede que el cura no quiere aceptar los hechos (al menos públicamente, y se desvive por proclamar su inocencia en cada micrófono que pasa por su vista.
Al respecto, el prestigioso forense Enio Linares dijo a 24CON que, esa negación, “es parte de su personalidad psicópata” y agregó que Grassi padece “un trastorno grave de personalidad, que es la sicopatía. Este sujeto es un narcismo patológico, patología que aparece en edad temprana, cuando ésta se hace crónica, es la fuente de todas las perversiones. Los psicópatas, conviven con la realidad no es un demente. En cambio, el loco (psicótico), está fuera de la realidad y, el neurótico, confronta con la realidad, se pelea”, aclaró.
Asimismo, enumeró las característica “de un psicópata como Grassi”: “No siente culpa, no se arrepiente de nada y siempre le hecha la culpa al otro por eso. Por ello, el cura habla de que hay un complot en su contra. Piensa: “Te odio porque vos me odias”. Los psicópatas son seductores y difíciles de manejar porque manipulan la realidad. Además, tienen un valor delictual potencial, es decir, son proclives a cometer delitos. Y, siempre, repiten el error”. Ese, es Grassi según las palabras del especialista que lo estudio en detalle a pedido de Gallego.
¿Qué va a pasar si, efectivamente, lo condenan? “Le va a echar la culpa a la Justicia. Va a repetir el error. Estos psicópatas son así hasta lavando los platos de su casa. Cuando me preguntan: “Doctor, ¿tienen cura los psicópatas?”, yo respondo, no. La única solución es encerrarlo en prisión porque va a volver a cometer el delito”.
Linares también hizo hincapié en la seducción y manipulación del sacerdote. “Conseguía el dinero para su fundación seduciendo. Lo hizo con Susana Giménez y Rodríguez”.
Ahora bien, ¿por qué Raúl Portal lo sigue defendiendo? “Eso es otra cosa. Portal tiene intereses económicos. Una vez en un programa me lo crucé y me dijo: “Usted es una eminencia, pero está cometiendo un lamentable error con mi amigo”. Yo le contesté que estaba diciendo la verdad, que así es Grassi”.
Por otro lado, criticó el accionar del Estado: “¿Cómo puede ser que se permita que sujetos así estén a cargo de tantos niños”? Acá falló el control del Estado, en este caso, tuvo los ojos cerrados”.
Finalmente, recordó la última conversación que mantuvo con el cura. “Lo vi a Grassi el día de la pericia física, él, sabiendo que yo soy salesiano, me dijo: “Que Dios lo bendiga”. Mi respuesta: “Y a usted, que Dios lo perdone”.