Hugo Guerrero Marthineitz, gran locutor peruano premiado en varias oportunidades con diferentes y prestigiosas estatuillas. Además de contar con todo el reconocimiento del público intelectual por sus labores en radio y sus entrevistas, como su inolvidable ciclo "A solas", en el cual se destruyeron muchos tabúes.
Muchos lo colocan en los puestos de vanguardia de la Radio argentina, como un revolucionario del medio que marcó un antes y un después con su voz grave y sus reflexivos silencios. Con estos pergaminos, es imposible imaginar que el "Negro" vivió sus últimos años de la peor manera.
Ya hacía un buen tiempo que poco se sabía de la vida de Marthineitz y en 2007 se confirmaron las peores sospechas. El "peruano parlanchín" brindó una entrevista a Clarín en la cual contó, ante la incredulidad del propio entrevistador, que su "trabajo" consistía en pasar por las casas, golpear las puertas y ofrecer una charla "a la gorra" a las personas.
Tenía por ese entonces 83 años y se maravilló cuando en una de las casas le supieron dar $500. "¡500 pesos! Hacía un año que no veía tanta plata junta", confesó en esa entrevista, en la cual también se habló de la muerte:
Clarín: - Y un día le va a tocar a usted, y en los medios escribirán: "Se fue el hombre que revolucionó la radiofonía".
Marthineitz: - Lo único que hice fue nacer y crecer en el Perú con nuestras costumbres. ¡¿Pero qué se ha creído éste?! Y en el micrófono se lo dices al general que te va a mandar preso... En la Argentina nos borramos. El temor es a perder el automóvil y el departamentito... ¡¿Negro pelotudo quién te ha dicho que tenés que tener departamento y auto?! A mí todos los gobiernos me levantaron, todos. La Argentina no supo de democracias. Una democracia se debe cultivar, no aparece de la noche a la mañana.
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Guerrero Marthineitz tocaba fondo y en marzo de 2010 reconocía en una entrevista con la revista Semanario: "A veces duermo en la calle". ¿Para qué decir más? Una de las personas más importantes de la historia de la radiofonía argentina y autor de un par de libros llegó a dormir en la calle.
Aquella desgarradora charla con Semanario despertó un espíritu solidario en muchos que quisieron ayudarlo. El caso más puntual fue el del ex relator de Fútbol de Primera, Mauro Viale.
El conductor de programas de escándalos mediáticos lo invitó a uno de sus ciclos televisivos para hacer una entrevista y luego ofrecerle trabajo en la radio, el hábitat natural de un Marthineitz que ya mostraba mucha flaqueza en su físico de 85 años.
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Sin embargo, el verano duró poco y esta vez no pudo resurgir de las cenizas. En mayo último Mauro Viale y Hugo Guerrero Marthineitz protagonizaron un verdadero escándalo en la esquina de Radio Rivadavia. El suceso ocurrió luego de que el locutor peruano le reclamara la suma de siete mil pesos al periodista argentino, quien alegó en su momento desconocer dicha deuda.
Según contaron los testigos hubo insultos y golpes de puño que derivaron en un delicado Marthineitz por el suelo y finalizó con intervención policial y una ambulancia que se llevó al "Negro" al hospital.
Luego de esa pelea, Hugo Guerrero Marthineitz pasó sus últimos tres meses de vida en un hospital neuropsiquiátrico de Belgrano R y falleció de un ataque cardiorespiratorio en el Hospital de Clínicas de la Ciudad de Buenos Aires, a donde fue trasladado luego de sufrir fuertes dolores en el pecho que derivaron en una descompensación.
Se fue un grande y lo hizo por la puerta de atrás. Ni los premios recibidos le habían quedado, ya que se deshizo de ellos al ser desalojado de su mono ambiente para no tener que cargar con ellos. Nos dejó lo que siempre nos quiso dar: su silencio.
"Cuando se lee un libro de un gran escritor como Shakespeare, Cervantes o de los buenos contemporáneos, observamos que no hay párrafos largos. Son frases cortas, esclarecedoras, sin alardes de verborrea erudita. Los silencios los pone el lector atento. Si el orador ante su público no toma en cuenta el ritmo de la prosodia, se olvida de los silencios para la recapitulación inconsciente que después valora. Para eso están los silencios, los tonos y la sutileza". (Hugo Guerrero Marthineitz).
En aquella entrevista otorgada a Clarín en 2007, también regaló su humor.
Marthineitz: - Esto es lo último que me compré. Recién, antes de venir a la entrevista. (Un CD de Christina Aguilera).
Clarín: - ¿Así que le gusta Christina Aguilera?
Marthineitz: - Por ahora me gusta la foto...-