Lo que debería haber sido una buena noticia para la comunidad de Morris fue opacado sin embargo por el anuncio de que las dos terceras partes de las actuales instalaciones serán destinadas al desarrollo de un parque industrial, algo que la municipalidad prefirió mantener en secreto hasta último momento. El hecho fue ocultado inclusive por los ediles del oficialismo, que en la sesión en que fue aprobada la compra simularon desconocer el cambio de destino de las tierras. Tampoco había en el expediente precisiones al respecto, salvo una nota del Tribunal de Tasaciones, fechada el 27 de julio del corriente año, en la que se habla de la existencia tres sectores con destinos específicos. La falta de información buscaba evitar tropiezos que pudieran retrasar la operación, dada la resistencia que podía generar el proyecto si se conocían de antemano las intenciones del ejecutivo, sobre todo teniendo en cuenta las versiones que circulan desde hace tiempo en Hurlingham, sobre las intenciones de la empresa de logística Don Pedro de extenderse hacia esos terrenos.
El citado informe del Tribunal de Tasación divide a las casi 23 hectáreas que ocupa actualmente el polideportivo en tres sectores identificados con las letras A, B y C. El sector A, con una superficie de 68.962,52 metros cuadrados (6,89 hectáreas) sería destinado según el documento para uso exclusivo de campo recreativo municipal; en los sectores B y C, que en conjunto suman 163.009,14 (16,3 hectáreas) se desarrollaría el parque industrial.
El contenido de la nota fue revelado en el recinto de sesiones del Concejo Deliberante por el concejal
de la Coalición Cívica, Jorge
Tassara, quien además denunció que la menor de las dos parcelas adquiridas al ejército por la municipalidad estaba intrusada por la empresa de logística Don Pedro.
Los ediles de la oposición se quejaron por la falta de información detallada sobre el destino que se le pensaba dar a las tierras. La oficialista Elena Cerbino argumentó que el predio no era aún de la municipalidad y que esas especificaciones seguramente se iban a hacer en cuanto la comuna tuviera la posesión efectiva. El argumento era mentiroso. Pocas horas más tarde, durante la ceremonia de inauguración de la Expopyme el intendente Acuña se iba a explayar sobre el proyecto en marcha para esas tierras, cuya existencia no podía ser ignorada por los ediles del oficialismo. Para entonces el expediente ya había sido aprobado por el Concejo Deliberante.
Otro que se opuso a la transformación del Polideportivo en parque industrial fue el sabbatellista Adrián Eslaiman, quien presentó una moción para que fuera agregado un artículo en el que se especificara que el predio en su totalidad iba a ser destinado a actividades deportivas y recreativas. La moción, como era de esperar, no fue acompañada por el oficialismo que acusó a la oposición de estar montando un espectáculo. «Lo importante es que el municipio llegó a un acuerdo para la compra y lo demás son payasadas para la prensa» –dijo el acuñista Quinteros. La propuesta de Eslaiman tampoco fue apoyada por Romina Fernández Mattos, edil del Pro, quien suele votar en la mayoría de los casos alineada con el oficialismo.
Las payasadas sin embargo no eran tales, y el propio intendente se encargó de confirmar que las prevenciones de la oposición estaban justificadas.
Durante la inauguración de la Expopyme el jefe comunal reveló que tal como decía la nota del tribunal de tasación, solamente una tercera parte del predio –sector que ubicó sobre la calle Paso Morales- sería destinado a la actividad deportiva y recreativa y que en el resto se desarrollaría un parque industrial, dado que la zona tenía un carácter estratégico por estar a la vera del Camino del Buen Ayre. Días después en conferencia de prensa anunció que se invertirían cinco millones de pesos en el área deportiva y recreativa, para hacer algo similar –aunque sin estadio- a lo que existe en la cercanía del palacio municipal.
El proyecto fue finalmente aprobado también por los concejales de la oposición –con la excepción de Rodrigo Alvarez que se encontraba ausente- que si bien dejaron en claro su postura contraria al parque industrial, no encontraron motivos para oponerse a la compra del predio que era en sí beneficiosa para el patrimonio municipal.
La operación
El convenio de compra-venta fue finalmente rubricado por el intendente Acuña y el Coronel Ricardo Oscar Filippi en las instalaciones del palacio municipal. En el mismo se establece que la municipalidad de Hurlingham pagará la suma de $ 9.225.000 por dos parcelas, la 274 B, donde funciona actualmente el Polideportivo, con una superficie de 222.880,59 metros cuadrados (22,28 ha.) y la 275 A de 2.500 metros cuadrados (0,25 ha.).
Del precio total pactado fueron descontados $ 302.020,20 que el ejército debía a la municipalidad en concepto de tasas de servicios generales por otra parcela, la 274c, ubicada al otro lado del Camino del Buen Ayre. En el acto de firma del convenio la municipalidad entregó un cheque de $ 892.297,98 en concepto de anticipo y el saldo será abonado en diez cuotas iguales y consecutivas de $ 800.047,98.
21 de diciembre de 2010