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Bajar música por Internet, ¿el nuevo pecado capital?

Un joven de 25 años deberá pagar una multa de más de 600 mil dólares por compartir música en la Web. ¿Tecnología vs. derechos de autor? ¿Llegó la noche para los pirateadores de la web?
Martes, 04 de agosto de 2009 a las 17:55

La descarga de música desde Internet a las computadoras personales a logrado mermar significativamente los ingresos de las discográficas. En Estados Unidos, la Justicia se ha puesto en campaña para cazar a los infractores y quienes lucran con esta moderna piratería.

Un tribunal federal condenó a un estudiante de la Universidad de Boston, Joel Tenenbaum (25 años), a pagar una multa de 675 mil dólares por descargar, compartir y vender 800 canciones de forma ilegal.

El fallo, que busca ser un ejemplo para otros delincuentes informáticos, es el segundo usuario condenador en el país del norte. El juicio comenzó en 2005 con un demanda por parte de las discográficas Sony, Warner, Atlantic, Arista y UMG luego de un fallido acuerdo que Tenenbaun no aceptó.

La RIAA (Recording Industry Association of America) decía haber encontrado más de 800 canciones descargadas ilegalmente en una carpeta de la computadora en donde Tenenbaum compartía sus archivos. Esto fue admitido por el propio infractor, quien reconoció haber compartido sus MP3.

El técnico en Hardware, Augusto Bevilacqua, responsable de la empresa Seguridad Vía Ip, explicó a 24CON que en todas las redes y sistemas en los que se comparten archivos quedan registrados los números IP de las computadoras o conexiones, por el cual se puede reconocer quien y que está compartiendo y quebrantando la ley.


“Lo que analizan las discográficas no es la cantidad de archivos que bajas, sino los que compartís y permitís que descarguen de tu computadora, en programas como el eMule, si bien son sistemas P2P, que significa punto por punto, de persona a persona, cualquiera que acepte compartir puede ver lo que comparten los demás, y ahí uno encuentra servidores, que son maquinas dedicadas exclusivamente a compartir archivos”, explicó Bevilaqua.

“El problema de las descargas ilegales comenzó con Napster en los noventa y continuó con el Kazaa, el eMule, y ahora con el Ares o por páginas como Rapidshare. A Napster lo terminaron comprando las mismas discográficas y ahora sirve para bajar legalmente. Distinto es el caso de los Torrent, en donde de las paginas no se baja una canción o una película, sino un archivo liviano, que con un programa especial indica donde está compartida la canción que estas buscando para poder descargarla, entonces la página en si no está violando la lay sino el usuario” finalizó el técnico.

Las discográficas norteamericanas recibieron contentas el fallo contra el joven Tenenbaun, aun cuando el número de 800 canciones descargadas por el cual se lo condenó es mucho menor a los registros de algunos usuarios en las principales páginas de descarga, pero de esta manera se reconoció, según opinaron por medio de un comunicado, que los artistas y las empresas musicales merecen ser pagadas por su trabajo.

 

¿Qué opinan los músicos?

 

Consultados por 24CON, las personalidades locales del mundo de la música brindaron su visión del tema y contaron cómo los afecta la piratería on line y qué solución le encontrarían. El papel de las discográficas, la pérdida del “amor al disco”, y hasta la posible vuelta del vinilo, en boca de dos artistas y un ex productor.   

Patricio Castelao (cantante de Smitten):

La piratería hizo bajar bastante las ventas. Por un lado, la circulación de música por Internet ayuda a muchas bandas a promocionarse, pero por otro lado perjudica a la movida discográfica.


Yo soy de la idea de que, si te gusta una banda, está bueno tener el CD original. Pero no descarto que esté bueno conocer nuevas bandas bajándolas por la Web. Lo ideal sería que uno se ponga a investigar música en Internet, y después compre el CD si le gusta la propuesta. Para mí tiene que pasar por la conciencia de la gente. 


Los precios podrían estar más bajos, pero los estudios de grabación son carísimos y eso genera gastos que se hacen casi irrecuperables. Aunque quizás bajando un poco el precio se vende más y se puede recuperar el gasto. La solución sería conseguir el disco a un precio accesible, para que no lo tengas que conseguir trucho. O sino, usar un nuevo formato: ahora se está hablando de la vuelta del vinilo, y eso está bueno.

Gustavo Gauvry (ex productor discográfico, fundador del estudio El Cielito):

Mantuve el sello independiente Del Cielito Records durante 10 años, y hacia fines de los ’90 me di cuenta de que la música era un producto cada vez más popular. Se volvió un producto de primera necesidad, como de la canasta familiar. Todos consumen música más que nunca en la historia, pero el problema es que nadie quiere pagarla. Eso generó que el catálogo de discos publicados por el sello vendiera cada vez menos, y tuve que dejarlo.


La inversión que hay que hacer para promocionar un disco, entre grabación, distribución y difusión en las radios para publicitarlo, es enorme. Y encima después ni siquiera sos propietario de ese master, porque está en Internet y el que quiere se lo baja.
Ahora es tarde para buscar una solución. La industria discográfica se durmió en los laureles, porque no buscó un sistema alternativo al disco. Recién reaccionaron cuando apareció Napster, cuando ya había demasiada música gratis como para que la gente piense en pagarla.


También cambiaron los hábitos de consumo, porque la gente ya no quiere escuchar todo el disco de un artista sino dos o tres temas que le gustan de artistas diferentes. Esto también pasa porque disminuyó la calidad de la música: ahora en un disco encontrás un par de temas buenos y el resto es relleno. Todos contribuimos un poco para llegar a la situación actual.

 

Walter Meza (cantante de Horcas):

La música e Internet tiene un lado positivo, que es la difusión del material. Pero no hay que negar que vivimos de la música, y debería existir un control para que se fomente al disco. Una banda que no saca discos, pierde una parte de su función. Aunque no puedo decir que estoy en contra de las descargas ilegales, porque yo también lo hago. 
El que es fanático del disco, lo va a comprar. Vamos a tener que volver al vinilo para que la gente vuelva a tener amor al disco y los vuelva a coleccionar. El vinilo era un motivo de orgullo de las bandas y de sus seguidores.


No le tengo compasión a las compañías discográficas. Sacaron tantos discos y abusaron tanto del artista que al final se les volvió en contra.  Muchas compañías se benefician sólo a sí mismas, y el músico es el que menos retribución obtiene cuando graba. Nosotros vivimos de los shows en vivo, y así se equilibra la situación. Al músico, en general, no le llega plata por la venta del disco. Si una persona escucha un tema en Internet y le gusta, va a ir a ver a la banda en vivo, y eso es lo importante para nosotros.
Pero desde el punto de vista legal, a nadie le gusta que le metan la mano en el bolsillo. 

 

Gilberto Gil y Moby

 

El cantante brasileño y ex ministro de Cultura de “Lula” Da Silva, Gilberto Gil, reabrió la polémica que existe entre los artistas internacionales sobre las sanciones contra la piratería en Internet. En declaraciones al diario El País de España, opinó que prohibir la publicación y difusión de temas musicales on line “pone en juego las libertades de una sociedad democrática”.

“Esas sanciones sólo podrían tomarse en el caso de un gran consenso social”, sostuvo el músico de 67 años, que actualmente se encuentra en París en el marco de una gira mundial. Sus críticas vinieron a cuenta de un proyecto de ley contra la piratería que actualmente trata el parlamento francés, que prevé sanciones penales contra los infractores.

“Los límites a las posibilidades que la tecnología ofrece al público tendrían que ser establecidos tras un amplio debate democrático”, consideró Gil, que ya es conocido en el medio artístico por invitar a los espectadores de sus conciertos a filmarlo y fotografiarlo, para que luego publiquen las imágenes en medios digitales. Además, señaló que en el terreno cultural hay que “buscar un equilibrio entre el interés común y la agenda del mundo capitalista”.

Estas opiniones de Gil se suman a las que recientemente emitió el músico norteamericano Moby en su blog oficial, donde criticó duramente a la Asociación Americana de la Industria Discográfica (RIAA) por la demanda de casi 2 millones de dólares que impusieron a una ama de casa por bajar música vía web.

“¿De esta forma se quieren resguardar las compañías discográficas? Castigar a las personas por escuchar música es el camino equivocado para proteger a la industria”, escribió Moby, que por eso cree que “la RIAA debe ser disuelta”.

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