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El Bicentenario de la bandera y su reconocimiento histórico

"La bandera tiene algo de fundación mítica, su origen siempre queda un poco deliberadamente difuso", opinó el escritor Federico Andahazi. La fama de Belgrano, los colores del pabellón y su uso en Centroamérica.
Jueves, 23 de febrero de 2012 a las 20:13
A casi dos años del primer grito de independencia y en medio de un clima de tensión y conflicto contra las fuerzas realista, el abogado Manuel Belgrano, devenido en militar y siendo un alfil del General San Martín y de la libertad argentina, buscó un símbolo que representara a su batallón y que luego identificara al país todo.

Un 27 de febrero de 1812, en la vera del Río Paraná y a metros del centro de la Villa del Rosario, Belgrano enarboló la primera bandera. Sus colores eran los mismos que alcanzan estos días, pero con algunas diferencias. La decisión de erigir este pabellón fue su propia decisión, aun cuando desde Buenos Aires, el Triunvirato luego lo castigara y reprochara la acción.

Celeste y blanca, blanca y celeste, azul, con dos franjas, con tres, con los tonos invertidos; la bandera de Belgrano es un misterio. El relato escolar habla de la inspiración de los colores patrios en el cielo de lo que luego sería la provincia de Santa Fe, pero los colores ya se utilizaban en la escarapela y habían sido elegidos por representar a la Casa de Borbón española. Otra vertiente afirma que los colores son los del manto de la Virgen de Luján, pero en concreto, ninguna de las teorías fue confirmada o refutada.

“La bandera tiene algo de fundación mítica. Nunca sabremos cuando se creó, cuándo, si es cierto lo de los colores del cielo. Es propiamente lo que pasa con los mitos, siempre queda un poco deliberadamente difuso”, explicó a 24CON el escritor Federico Andahazi, autor de ‘Pecar como Dios manda. Historia sexual de los argentinos’ y de ‘Argentina con Pecado Concebida. Historia sexual de los argentinos 2’, trabajos que lo llevaron a indagar sobre la vida de los próceres argentinos, incluido Manuel Belgrano, el padre de la bandera argentina.

“Una bandera no es nada mas ni nada menos que un símbolo, con todo lo que implica. A veces, se tiene la sensación de la dimensión que significa para un argentino, que el sentimiento hacia la bandera es único, es intransferible. Pero realmente es un sentimiento igual al que tiene un francés con su bandera, un brasilero con su bandera, un japonés… Lo que hacen las banderas de alguna forma es poner una dimensión singular en un sentimiento que es general a todas las naciones”, explicó Andahazi.

En noviembre pasado el Congreso sancionó por ley que el futuro 27 de febrero se recuerde con un feriado el Bicentenario de la creación de la Bandera. Por única vez, la fecha será un día no laboral con el cual se busca recordar también a su creador, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. El 20 de junio, histórico día de la bandera, realmente se conmemora la muerte del prócer.

“Cada país tiene su propia historia, y esas singularidades están plasmadas en la bandera. Uno piensa en al bandera y piensa en las gestas, la Independencia, la Revolución de Mayo. Una cantidad de hechos implícitos que finalmente se pueden sintetizar en la bandera. Pero no sólo piensa en Belgrano, sino en un montón de cosas, que no necesariamente están vinculadas a la historia y a la política. Me pasa a mi cuando estoy en el exterior, tiene que ver con recuerdos personales, entrañables. Ser argentinos no es sólo recordar las gestas de la patria, son un montón de ceremonias cotidianas”, apuntó el escritor.

Manuel Belgrano es reconocido como uno de los mentores de la Revolución de Mayo y uno de los más “limpios” próceres que participó en la emancipación del país. Sin embargo, desde las épocas en que comandaba el Ejército del Norte se corrían rumores y fama sobre sus gustos. “Se decía que era homosexual, pero no hay ninguna prueba. No solamente fue uno de los personajes mas ascendentes de nuestra historia, sino que fue un gran militar aun cuando venia del derecho. Su fama surge porque era un intelectual y una persona que le daba mucha importancia a su aspecto, lo que era una frivolidad. Para los que provenían del ejército les resultaba muy pintoresco. Tenía la vos aflautada también, se podría decir que era un personaje ‘afrancesado’. El primero en difundir estas sospechas fue Dorrego. En cierta ocasión, en un paso de mandos, se burló de Belgrano y hasta lo imitó exagerando su condición amanerada. Realmente tenía que ver con una cuestión política y para posicionarse mejor frente a San Martín. Pero San Martín sancionó esa burla severamente y lo termina desterrando a Dorrego”, se explayó Andahazi sobre uno de los temas que más conoce, la sexualidad en la historia argentina.

“Más allá de su fama, no existe prueba de algún affaire homosexual,  todo lo contrario. Se sabe que tenía hijos que no reconoció, romances con mujeres casadas… hay muchas pruebas de sus gustos por las mujeres casadas. Hoy se piensa esto en términos actuales donde nadie se espantaría por un militar homosexual, en aquel momento era delito. Dorrego no sólo señalaba lo picaresco, sino provocando un daño porque al homosexualidad era condenada y podía ser incluso fusilado”, finalizó añadió el escritor.

Aquel 27 de febrero de 1812, Manuel Belgrano instaló una batería de cañones en la rivera del Paraná con las que podría custodiar las aguas en caso de movimientos de buques españoles. Allí mismo, y ante una parte del Regimiento de Patricios, izó por primera vez una bandera con los colores patrios. Desde entonces, la celeste y blanca identifica a este país del sur y la nación no volvió a caer bajo el dominio de los realistas. La historia continuó, las batallas se sucedieron, Belgrano tuvo victorias y derrotas. San Martín continuó liberando parte de Sudamérica enarbolando la misma bandera. Los mismos colores que luego Hipólito Bouchard llevaría liberando pueblos por el Centroamérica y que fueran tomados como propios por naciones como El Salvador, Nicaragua, Guatemala y Honduras. El feriado recordará al símbolo que más recuerda e identifica a la Argentina.

“Uno siempre con las cuestiones patrias vuelve a la infancia, a la escuela y a la reverencia infantil sobre los próceres y las gestas. De chico, los feriados también eran una bendición”, finalizó Andahazi.


23 de febrero de 2012
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