Sacheri, autor de la “La pregunta de sus ojos”, nunca imaginó vivir este presente. Es que, desde que Juan José Campanella posó los ojos sobre su novela, su vida cambió. “Fue algo largo y laborioso. Con Juan estuvimos más de un año escribiendo y reescribiendo. No fue un trabajo fácil porque se trata de convertir un lenguaje en otro, ni más ni menos. Y en esa adaptación hay cambios imprescindibles. De todas maneras, trabajar con Campanella fue muy provechoso para mí. No sólo por lo que aprendí, sino por la enorme sencillez que le puso a ese trabajo. Discutimos, acordamos, polemizamos, y en ningún
Campanella no pudo con su genio. Fiel a la Academia, la película incluye escenas referidas a Racing, hecho que le valió una plaqueta de reconocimiento en el mismo Cilindro, minutos antes de un partido del equipo de Caruso Lombardi. El amor por dos camisetas distintas no influyó en una relación forjada por un trabajo prolijo y productivo. La alianza entre dos hinchas antagónicos, clásicos rivales y cuyo amor devoto por los colores opuestos no tiene precio, tuvo como resultado una película brillante y exitosa.