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Intimidades de la guerra entre Gasalla y Moria

El abogado del cómico, Miguel Ángel Pierri, explica a 24CON por qué estos casos de la farándula "le hacen perder tiempo a la Justicia". La "envidia miserable de Moria".
Jueves, 30 de julio de 2009 a las 12:47

 

Agresiones que van y vienen. Se diluyen en el aire de los canales de televisión y se materializan en los juzgados. Y nada de original tienen las peleas mediáticas “armadas” para que ganen todos: Los protagonistas (en su mayoría vedettes y mediáticos – léase aquellas personas que no tienen mayor virtud  que quedar en ridículo frente a las cámaras), los programas y los canales. La ecuación es simple: a más rating, mayor publicidad.

En general, si el escándalo se pasa de tono, los abogados arreglan los tantos en mediaciones sin necesidad de sacarle demasiado tiempo a la Justicia. Pero, a veces, el límite de lo burlesco se desdibuja y conlleva consecuencias inesperadas. Tal es el caso de la pelea entre Antonio Gasalla y Moria Casán, dos popes del mundo del espectáculo, el primero difícilmente enredado en este tipo de pleitos y, la segunda, una fábrica de escandaletes.

¿Cómo empezó todo? Es tedioso de contar pero se puede resumir en pocas palabras: Casán dijo que el cómico estaba pasado de moda y que se repetía. Entonces, rápido de reflejos, un cronista del medio, fue a buscar la respuesta del actor que la habría tratado de drogadicta, lo que provocó la ira de la autodefinida diva argentina. En síntesis, el problema llegó a Tribunales.

Y es aquí donde entra la figura de Miguel Ángel Pierri como abogado de Gasalla. “Yo suscribo el pensamiento de muchos jueces correccionales que encuentran sus juzgados abarrotados con expedientes con cuestiones serias como actuaciones por homicidios o lesiones y vemos estas cuestiones que se ventilan en la farándula: agresiones e injurias que después quedan en la nada y que no trasponen ni siquiera el umbral del intercambio epistolar de las cartas documento y alguno más osado que va a la Justicia. Y eso le hace perder gran tiempo a la Justicia”, reflexionó el letrado.


“Sí creo que nadie tiene el derecho de injuriar a nadie y, sí lo hace, que responda por ello”, aclaró Pierri. Pero también, mencionó que la injuria “es una manera de condicionar la libertad de la prensa, una suerte de mordaza”. Por ello, remarcó la importancia de un proyecto que propone derogar las figuras de calumnias e injurias. “Pero, cuidado. Que eso no sea un disparador para que cualquier periodista diga cualquier cosa, sino que lo podamos encausar en otro proceso, en el civil, que lo repare o se haga cargo”.
Volviendo al mundo de la frivolidad, Pierri manifestó que “está más que acreditado que Gasalla jamás dijo lo que Moria dice que dijo. Es decir, no hay ninguna grabación que reproduzca que Gasalla haya dicho que Moria se drogaba. Lo que puede haber es un reportaje que Antonio hizo con el medio y periodista, por querer florearse, le hizo una interpretación de más. Por eso, para la segunda audiencia de la mediación -que se celebrará en octubre- le pedimos que traigan la grabación, que va a comprobar que Gasalla jamás dijo que Moria se andaba drogado por ahí”.

“No lo dijo, no forma parte de su cultura, no es una persona agresiva ni denostadora, es un ejemplo como profesional, es un señor que tiene más de 50 años de trayectoria. Me parece que acá operan ciertos factores secundarios que no se bancan el éxito de otras personas, como el caso de Antonio y opera lo que yo llamo la envidia miserable”, sentenció el abogado.
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