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Pero todos y cada uno de ellos tenían un punto débil. Durante alguna requisa docente esos machetes podían ser descubiertos. Sin embargo, los docentes del Conurbano se mantienen en alerta, a pesar de conocer todos los trucos de sus chicos. Los alumnos han encontrado una nueva forma de engañar a los profesores durante las pruebas tanto en la primaria como en la secundaria. Se trata de una golosina ya es furor en Córdoba y que por sólo 7 pesos se puede conseguir en los kioskos de Buenos Aires.
Se trata de un producto de origen chino denominado “Candy Art”. El mismo consiste en tres láminas comestibles, muy similares a los conocidos papeles de colores que hay en cualquier oficina. Pero la particularidad de los mismos es que están acompañados por una lapicera rellena de un caramelo sabor limón que permite escribir sobre ellas. Cuando el profesor se acerca, los dientes se encargan de eliminar las pruebas del delito.
“Todos los chicos del secundario lo compran, ya que el papel y la lapicera son comestibles. Lo usan para hacer machetes y luego se comen la prueba y así no hay razón de culpa”, señaló un comerciante. Una nueva modalidad para engañar a los profesores llegó a las escuelas.