Irene Hurtig está en el epicentro de la tormenta. Es la medio hermana de María Marta Belsunce, la mujer aseinada en octubre de 2002 en su chalet del Carmel Country Club de Pilar, y hoy la Justicia pidió su dentención. Puede ir presa, acusada de ser cómplice del hecho.
Hasta el jueves pasado, Irene no había estado nunca formalmente imputada en la causa, que ya tuvo el juicio oral contra el viudo de la víctima, Carlos Carrascosa, uno de los principales sospechosos.
La coartada de Hurting es clave. En sus testimonios relató que el día del asesinato fue a almorzar a lo de una amiga en el country Lagartos y que regresó cerca de las 18:10 a su casa de Carmel porque se sentía mal. Allí encontró a su cuñado Carrascosa, a su marido Guillermo Bártoli, a dos vecinos y sus hijos sentados frente al televisor viendo cómo River perdía el clásico contra Boca por la puntería goleadora de Marcelo Delgado. Hurtig recordó que allí también estaba María Marta, quien le dio un beso y le dijo que se iba porque a las 19 iba a llegar la masajista y se tenía que bañar.
“Yo soy la cuarta en llegar a la casa y me encuentro con mi hermana en el piso y Guillermo haciéndole masajes cardíacos y diciendo: ‘Vamos, María’. También estaba la masajista Beatriz Michelini gritando a un lado. Entonces, salgo corriendo a buscar un médico”, recita de memoria Hurtig.
El último jueves, y a menos de una semana del comienzo del segundo juicio por el caso, en el que cuatro familiares de María Marta –Horacio García Belsunce (h), Guillermo Bártoli, Constantino y John Hurtig–, el vecino Sergio Binello, el médico Juan Ramón Gauvry Gordon y la masajista Beatriz Michelini serán juzgados por encubrimiento, los fiscales de Pilar Daniel Márquez y Leonardo Loiterstein solicitaron su detención e indagatoria, por considerarla coautora del homicidio.
La decisión de los fiscales se basó en la pericia de audio que realizó Gendarmería sobre un llamado que se produjo a las 19:07 del 27 de octubre de 2002, cuando María Marta agonizaba en el baño de la planta alta de su casa. En esa comunicación se escucha a Carrascosa pedir una ambulancia a un empleado de OSDE y dos voces de fondo; una masculina y otra femenina. Bártoli admitió que una era la suya. Su esposa, no.
"Esa cinta es del 2007, o sea que el fiscal tardó cuatro años en darse cuenta de que podría ser mi voz ¿Se le prendió la lamparita a una semana del juicio? ¿Por qué sería mi voz y no la de la masajista Michelini? Salió con esta bomba después de años de no generar nada nuevo", dijo.
Además, expresó que el fiscal la acusa sin pruebas "para que no aparezca en el juicio que está por comenzar, para presionar al Tribunal, para demostrar que después de cuatro años sigue investigando".
Asimismo, dice que su flamante situación procesal “es ridícula y mafiosa”, y que los fiscales de Pilar “no hicieron lo que tenían que hacer y apuntan contra nosotros con alma y vida”. “Lo de ellos es de una inmoralidad tremenda”, sentencia y para darle un marco más trágico al asunto agrega: “Dios quiera que podamos sobrevivir”.
Entonces, la preguna que busca responder la justicia, aún tiene muchas variantes. "Hay muchos indicios (de quien mató a Belsunce), pero no se pudieron confirmar porque nunca se investigaron. Creo que la prueba de ADN es contundente y dejó afuera a gente que pudo, en algún momento, dudar de su inocencia. Si hay dos patrones masculinos y uno femenino, corresponden a alguien. Con esa prueba lo primero que hago es hacerle análisis a todo el mundo, pero el fiscal no lo hizo. Como salió que no pertenecía a la familia no continuó más".
14 de mayo de 2011