Atencion. Las películas en tres dimensiones pueden generar dolor de cabeza o náuseas en gente con patologías visuales. Ante cualquier síntoma, consultar al oftalmólogo.
El futuro tiene tres dimensiones: tras el éxito de Avatar y Alicia en el país de las maravillas, la industria cinematográfica prepara una batería de estrenos basados en el 3D. Además, a mitad de año llegarán a la Argentina los primeros televisores que permiten disfrutar de la experiencia tridimensional desde el hogar y Nintendo anunció una consola 3D para 2011.
Sin embargo, a medida que la nueva tecnología se consolida, comienza a hablarse de los problemas de salud que derivarían de su uso. Especialistas advierten que los anteojos para ver películas en tres dimensiones pueden transmitir enfermedades como conjuntivitis y hongos si no son higienizados entre cada función. Y, además, que ver un film tridimensional puede provocar dolor de cabeza, visión borrosa o mareos entre aquellos que tienen alguna alteración visual.
Alerta. El primero en dar voz de alarma fue el Ministerio de Sanidad de Italia, que confiscó más de 7 mil pares de anteojos 3D que eran reutilizados en las salas de cine sin una limpieza adecuada. Por el riesgo de transmisión de infecciones, las autoridades obligaron a las empresas a dar lentes descartables. Esta semana, la Organización de Consumidores y Usuarios de España exigió que se establezcan normas sobre la utilización de estos anteojos en los menores de 6 años porque “todavía no tienen maduros sus mecanismos de visión binocular”.
Carlos Plotkin, director de la Carrera de Especialista en Oftalmología de la Facultad de Medicina de la UBA, reconoció que el compartir los anteojos 3D con otros puede transmitir conjuntivitis si no hay un adecuado sistema de desinfección del producto. “Lo ideal sería que fueran descartables o asegurarse de que después de cada uso sean debidamente higienizados”, aseguró.
Los anteojos que se dan hoy en los cines del país son reutilizables, están hechos de plástico y poseen lentes compuestos por filtros LCD. Aunque existen de diversos tipos, funcionan gracias al mismo principio: hacen posible que cada uno de los ojos perciba una imagen ligeramente distinta a la del otro, de forma que el cerebro interprete la imagen como tridimensional. Consultados por PERFIL, los voceros de las cadenas de cines aseguraron que los anteojos que se usan son de calidad y se someten a un exhaustivo proceso de higiene (ver recuadro).
Problemas. Pero las infecciones oculares no serían el único riesgo al que se exponen los espectadores. Las personas que tienen problemas visuales pueden sufrir mareos, visión doble e incluso náuseas al mirar una película en tres dimensiones. “La visión tridimensional depende de la capacidad de ver en estéreo”, explicó Claudio Waisburg, jefe de Neurología Infantil del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO). S
in embargo, en el caso de que los ojos no trabajen en forma sincronizada, como en las personas con estrabismo o ambliopía (ojo vago), “es difícil que se reciba la información en estéreo y, entonces, no se produce la visión en 3D y aparecen los problemas”, agregó. Los especialistas recomiendan estar atentos a los síntomas y, en el caso de sentir algún malestar, consultar al oftalmólogo. “Las personas que tienen miopía o astigmatismo y usan anteojos recetados deben llevarlos debajo de las lentes especiales”, indicó Carlos Daponte, del Consejo Argentino de Oftalmología.
Para descartar patologías visuales, los expertos aconsejan que –en lo posible– los niños menores de seis años realicen una consulta antes de ser expuestos a una imagen en tres dimensiones.
FUENTE: perfil.com