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Gimnasia asume una apuesta demasiado arriesgada

Jueves, 03 de diciembre de 2009 a las 17:39
Los dirigentes de Gimnasia repetirán la fórmula. Contratarán a un director técnico sin experiencia y al que, por el momento, solo lo avala un fuerte sentimiento por la institución. Pablo Fernández, “el elegido”,  fue jugador del club, participó del ciclo de trabajo de Guillermo Sanguinetti y conoce muy bien a los jugadores del plantel, sin embargo, su escaso roce como entrenador en el fútbol de Primera es una incógnita demasiado grande que comenzará a develarse con el correr de los meses.


Haciendo historia, el Lobo atravesó esta misma situación en un par de oportunidades muy recientes en el tiempo. A principios de 2005 cuando el club era presidido por Juan José Muñoz, el equipo se quedó sin entrenador y fueron en busca de Pedro Troglio, quien estaba haciendo sus primeras experiencias como entrenador de Godoy Cruz.

Aquella apuesta fue “positiva” porque el carismático volante pudo sacar al equipo de la Promoción y tan solo un par de meses más tarde logró ubicar al equipo en una lucha mano a mano con Boca.

El final del ciclo de Troglio se sabe no tuvo la brillantez del comienzo por aquellos episodios deleznables entre la propia hinchada tripera y los jugadores, que incluyeron aprietes y amenazas.

La segunda “apuesta joven” de la CD albiazul. La otra, más cercana en el tiempo, fue cuando contrataron a Guillermo Sanguinetti, uno hombre muy emparentado con la institución por haber sido el futbolista que más encuentros jugó vistiendo la casaca tripera. Pero los resultados no llegaron, el ciclo de trabajo tuvo muchas fisuras y el “Topo” tuvo que marcharse sin gloria y con bastante pena.

Y en esta tercera instancia, los dirigentes, liderados por Walter Gisande, vuelven a poner las fichas por un hombre “del riñón del club” que, en estos momentos aciagos, pueda poner orden y comenzar a darle un vuelo futbolístico más acabado al equipo.


Ahora bien, la pregunta que cabe hacerse es si ésta es la situación indicada para que un entrenador sin experiencia pueda asumir al frente de un plantel que está golpeado anímica y futbolísticamente pero que tiene en sus espaldas la presión de sumar puntos para evitar la instancia de Promoción en el final de la temporada.

A priori, habría que decir algunas cuestiones que no son ajenas a este tipo de circunstancias. Por un lado, -desde la faceta positiva-, es importante el aval que recibió el “Moncho” Fernández por parte del plantel que apoya su llegada, pero por otro, -quizá no tan positiva-, marca que el proyecto de conducción del club es demasiado arriesgado si tiene como parámetro la contratación de un DT sin antecedentes. ¿O acaso alguien cree que no hay entrenadores más idóneos que Fernández?.

Ningún entrenador asegura resultados pero está claro que no es lo mismo un jugador de experiencia que uno que recién comienza y lo propio sucede con los entrenadores…

Pablo Fernández hasta ahora se ha mostrado como un futuro entrenador muy exitoso pero éste momento de Gimnasia lo expondrá demasiado rápido a la exigencia semanal que implica obtener buenos resultados.

Y lo que subyace, a partir de lo expuesto, es que Fernández no merecería someterse a la evaluación de sus aptitudes como DT de la misma forma en que sucedió con Sanguinetti.

Condenar al “Moncho” como se lo hizo con Sanguinetti parece ser un precio demasiado alto teniendo en cuenta que Gimnasia tiene que saldar una cuenta futbolística que está pendiente desde hace muchos años y que pudo solventar con mucho esfuerzo en julio de este año cuando juntó las pocas monedas que tenía en el bolsillo para asegurarse la permanencia en Primera División por un año más.

Lo que queda claro es que las próximas 22 fechas, con Fernández u otro entrenador al mando, el equipo tendrá que volver a ponerse el overol y recuperar la esencia que durante gran parte de este campeonato estuvo perdida o arrumbada vaya a saber uno dónde.

Por Fermín Ruiz de Erenchun
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