Tragedia en el andén: el dolor de una familia

El jueves 3 de agosto de 2006, Darío Romero salió apurado de su casa en Almirante Brown. Eran las 6:30 aproximadamente. En su tercer día de trabajo, no quiso llegar tarde. Corrió detrás del Roca que venía con demoras y a eso de las 7:20 se colgó del vagón. El móvil estaba atestado de pasajeros y el chico quedó en la puerta. Con 15 años, nunca se imaginó que los andenes que separaban la estación Claypole de la estación Rafael Calzada estaban en diferentes niveles. Un golpe lo tiró y Darío fue a parar a las vías. Murió al instante.

Aníbal Romero, padre de Darío.
A tres años del hecho, el padre del joven, Aníbal Romero, continúa en su constante y dolorosa espera. “Nos prometieron mejoras de seguridad, planeamiento, etc. nos endulzaron en un principio y nada de esto pasó”, denunció el hombre a 24CON. Romero junto con otros 22 padres, quienes se auto denominan “el otro Cromañón”, organizó una movilización el día de ayer que comenzó desde el barrio Santa Inés, partido de Florencio Varela, hasta la sede central de la Secretaría de Transporte.

La marcha estuvo encabezada por los Familiares de Víctimas del Ferrocarril, quienes fueron con la intención de “si era posible entregar a Juan Pablo Schiavi”, el nuevo secretario, una carpeta de firmas recogidas en distintas estaciones de trenes de la línea Roca, “para solicitar que regule el servicio”, porque, según afirman, este no ofrecen ningún tipo de medidas de seguridad, ni tienen personal especializado en prevención. "Pero nadie nos atendió, para ellos ni siquiera existimos", suspiró el hombre.

Darío Romero, víctima del Roca.
El tercer día de trabajo, de su primer trabajo


Darío colocaba membranas. Era sólo una “changa” que tenía con un vecino, porque lo que realmente quería “era rendir las materias que le quedaban de ese año para poder ingresar a la policía”, recuerda el padre del joven.

“La empresa (en aquel entonces la concesión era de Metropolitano, hoy es UGOFE. S.A.), nunca se acordó de nosotros. Yo podría estar totalmente loco, sacado y ellos nunca se encargaron, al menos, de hacer una pericia psiquiátrica”, lamentó Romero.

La causa, dicen, está “perdida” en el Juzgado Civil y Comercial Nº19 de Ciudad de Buenos Aires.
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