Cayó perito trucho, el "Chuck Norris" estafador
“¿Daniel Díaz? Ah, ¡Chuck Norris Drulhon!”, dijo la fuente a 24CON con un tono entre divertido y indignado. “Ese es un trucho. ¿Qué hizo ahora”, preguntó. Sucede que el perito falso desenmascarado por la Justicia, ya cuenta con un extenso tendal de picardías en su haber. “Es mitómano. En su momento, decía que pertenecía al ejército de Estados Unidos y que tenía una foto vistiendo uniforme de coronel. Se disfrazaba de Marín, tipo comando, y por eso le decíamos Chuck Norris”. El alias también se debe al parecido físico que tenía con el actor.
En síntesis, un verdadero chanta que hizo de las suyas en la Justicia bonaerense sin ningún tipo de párate. Chanta y caradura porque, allá por el 2002, Díaz hizo enfurecer a Elisa Lilita Carrió, que por ese entonces presidia la Comisión que investigaba el lavado de dinero. Se puede decir que la que engañó como a una principiante.
Daniel José Díaz Drulhon se presentó frente a ella y con total desfachatez se anunció como “un especialista en informática y productor de un programa de televisión del canal de cable P&E” (tal como lo ilustró el diario La Nación en una nota publicada el 8 de diciembre de 2002). Lilita cayó en la trampa y le entregó “seis disquettes que contenían la base de datos cargada por los militantes de ARI”, un material que guardaba con recelo. Le pidió que haga los entrecruzamientos y el presunto especialista accedió no sin antes “manguearle” un viaje a Uruguay para ponerse a tiro con sus contactos (que, obviamente, no existían).
Luego, la farsa continuó con un documento trucho presentado ante la jueza María Servini de Cubría sobre la supuesta cuenta de Domingo Cavallo y David Mulford. La tozudez de la líder de la oposición le impidió reconocer que la persona que cenaba con ella -en su propio departamento- ya había estafado a 16 personas (se estima que se llevó un botín de entre 600mil y 400 mil pesos) haciéndose pasar por “coronel” del país del norte.
La habilidad de Chauck Norris y la terquedad de Lilita hicieron que esta última pase un verdadero papelón cuando Cavallo presentó a la prensa pruebas que lo desvinculaban del banquero y de que todo era un invento del protegido de Carrió (claro que para el ex ministro de Economía, la diputada era cómplice de la maniobra).
Escándalo. Carrió quedó en ridículo y Díaz debió dejar Ciudadela para refugiarse en General Rodríguez. Allí, contrajo matrimonio y volvió a hacer de las suyas: con el mismo cuento, engañó a unos cuantos. Cheques en blanco y transacciones turbias con usureros fueron sus actividades más fructíferas, todas relacionadas a la órbita de la estafa.
Sin embargo, en el pueblo chico también se dieron cuenta del “curro” y, de a poco, comenzó a circular la versión de que el simpático hombre había sido condenado públicamente por Cavallo. Entonces, no dudó en escapar hacia las tierras del Sur del Conurbano, dejando abandonadas a su mujer y a su hija.
¿Cómo llegó a incursionar en el mundo del peritaje criminalístico? En la Provincia de Buenos Aires, difícil pero no imposible, puesto que no es el primero ni último que lo hizo. En el caso de "Chuck", en 2008, le alquiló a María Laura Sosa una oficina de su estudio con la excusa de "instalar en ese lugar la sede de un instituto de criminología", indicaron fuentes al diario Clarín.
¿Qué ardid utilizó el protagonista de esta historia? Pues las credenciales de coronel de las Naciones Unidas. El matutito agrega que Drulhon también contaba con credenciales truchas de diplomático fránces y documentación del Instituto de Criminología y Sicopatología Forense de La Plata.
No satisfecho con las mentiras, el estafador vio una veta interensante a la relación comercial entablada con Sosa: le robó información sobre su matrícula con la que pudo presentarse en diversos casos como perito de parte, incluída la masacre de los policías en la Planta Transmisora de la ciudad de las diágonales.
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