Trata de personas

La drogaron en la calle y le dijeron "no te queremos robar, te vamos a matar"

Una joven de Castelar fue obligada a ingerir un somnífero. Los métodos usados por las redes de tráfico de personas y cómo evitar ser una víctima.

Laura aprovechó la tarde calurosa del sábado para ir a hacer unas compras y salió de su casa sin pensar que paso a paso se acercaba al peligro. Gran parte de Castelar dormía, en algunos barrios todavía sobrevive la siesta. Otros vecinos lavaban el auto. A metros de la intersección de la calle Trenque Lauquen con la Avenida Arias, un auto con dos ocupantes se le acercó bruscamente. Laura primero vio descender a un hombre que se abalanzó sobre ella, después, el arma que intimidante le apuntaba. Casi por instinto sacó su celular del bolsillo y la plata que llevaba. Pero la orden dada por el delincuente fue clara: “No te queremos robar, te queremos matar”.

El pánico la inmovilizó completamente. Si bien sólo tiene 18 años, no era la primera vez que estaba en peligro, ya la habían asaltado varias veces y hasta la habían llegado a apuñalar durante un robo en Liniers. Pero este ataque era distinto. “Me dio una pastilla y me obligó a tomarla. Me apuntaba con el arma y me iba a matar, por lo que no me pude negar. Después me dijo que caminara tranquila que ellos me iban a seguir con el auto” explicó Laura a 24CON.

Bajo la mirada de los dos ocupantes del auto caminó hacia la avenida, antes trató de ver alguna característica particular del auto bordó, notó que no tenía patente y que parecía ser un VolksWagen Bora. Al llegar a la esquina dobló saliendo por unos momentos de la mirada celosa de sus seguidores. Fueron apenas segundos, los suficientes para esconderse en un local comercial donde la conocen desde que era una nena. “Entré, le dije que me estaban siguiendo, que cerrara la puerta, le conté un poco y me desmallé. No me acuerdo nada mas” apuntó.

La comerciante que la atendió fue la encargada de informar a su familia y llamar a la ambulancia. Los perseguidores desaparecieron y la joven fue trasladada a la cercana clínica Dávila de Ituzaingó, donde le suministraron a través de un suero una batería de antídotos. “No pudieron descubrir qué me dieron, descartaron que fuera un ansiolítico por lo rápido que actuó. Creen que fue algún calmante para grandes animales, anestesia para caballos” rememoró.

Mientras ella estaba en la clínica su padre radicó la denuncia en la comisaría del lugar y según le explicaron los uniformados, otros casos similares se habían dado en la zona. El método utilizado tenía muchos puntos en común con otros secuestros: Los raptores suministran la droga para que cuando la joven cayera desmayada en la vereda pudieran llevársela generando la menor sospecha posible, y si fuera necesario, simularían que la conocen y que la trasladan al hospital.

“Las redes de trata de personas utilizan tres métodos en nuestro país” explicó a 24CON Fabiana Tuñez, fundadora de la ONG La Casa del Encuentro, una asociación destinada a asistir a las mujeres víctimas de la violencia y la trata de personas. “Un método es el secuestro, otro es el engaño y el último es a través de internet”.

“Por internet buscan a chicas adolescentes, consiguen el contacto a través de las redes sociales, logran ganarse la confianza hablando con ellas, manejan el lenguaje adolescente a la perfección. Hacen un trabajo de inteligencia, charlando, consultando sobre la familia hasta que logran comprobar si se trata de una persona vulnerable” afirmó Tuñez. Tras el contacto vía web y al haber logrado ganarse la confianza de la joven, acuerdan un encuentro “allí mismo la secuestra o comienzan una relación de pseudonovios hasta que la entrega”.

El segundo método no es menos perverso, pero utiliza como vil herramienta la necesidad económica de las personas. “Les ofrecen un trabajo en el interior del país, o del interior les ofrecen en Buenos Aires. Es un engaño, terminan esclavizadas. Cuando es una oferta muy maravillosa hay que desconfiar. Cuando una empresa da un celular como contacto también hay que desconfiar. Y a entrevistas de trabajo dudosas nunca tienen que ir solas”. Según la Coordinadora General de la ONG muchos de estos engaños utilizan como pantalla los castings para modelos o actrices jóvenes, “los afiches de muchos colores que siempre hay pegados cerca de las estaciones, principalmente en el Conurbano, muchos son engaños. Se hace el casting pero es una preselección de víctimas”.

El tercer método es el secuestro, es el utilizado por los delincuentes que drogaron a Laura. “Es un Modus Operandi muy similar al que utilizaban los grupos de tareas de la última dictadura militar. Encierran a la mujer con una camioneta, la fuerzan a subir, la drogan. Después la llevan a algún lugar donde se hace el ‘ablande’; donde la tienen alrededor de 20 días y la golpean, la torturan, la violan, hasta que la doblegan completamente; y después comienza a trabajar, la hacen desfilar por todos los prostíbulos del país. Casi siempre hay un entregador, una persona cercana que encuentra a la chica que concuerda con las características demandadas en ese momento por los dueños de los prostíbulos. El rango oscila entre los 13 y 24 años de edad en promedio. Lamentablemente cada vez los clientes de los prostíbulos piden jóvenes mas chicas, entonces la demanda exige nenas”.

Según explicó Tuñez, las pequeñas redes que funcionan en el país se conectan con otras más grandes hasta llegar a tres grandes redes internacionales que se encargan de trasladar a las chicas esclavas a Europa donde siguen siendo explotadas sexualmente. El tráfico sólo es exitoso gracias a la complacencia de actores políticos, policiales y administrativos.

Si bien en los últimos años la problemática de la trata de personas ha ganado mucha más presencia en el debate público y en la atención de la gente, los secuestros y las explotaciones también han aumentado.

La manera de evitar estos secuestros es estar atentos: “Son las mismas precauciones para evitar cualquier otro delito, tratar de no andar sola, atenta a cualquier movimiento extraño, si algún auto se acerca, tratar de entrar en algún negocio. Es muy grave porque se están llevando a nuestras hijas, a nuestras madres, a nuestras hermanas, a nuestras amigas” finalizó Tuñez.

Laura volvió a recorrer las mismas calles de su barrio donde intentaron secuestrarla, pero ya no camina con la misma tranquilidad: “No tengo miedo de salir a la calle, pero salgo con mi hermana, o con alguien, nunca ando sola. Tampoco salgo a hacer compras a esa hora, voy más tarde cuando hay más gente. Ando más atenta” concluyó la joven.

                                                                                                           11 de noviembre de 2010

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