Resultados que nunca llegan y remedios ancestrales: así sobreviven los indígenas

El prestigioso canal televisivo National Geographic tuvo contacto con Nemonte Nenquimo, líder del pueblo Waorani en la provincia de Pastaza, quien les cuenta cómo atravesó la enfermedad, cuál fue el tratamiento de medicina tradicional con plantas que recibió y cómo su comunidad hace frente a la pandemia.

Líderes de la comunidad Waorani se alistan para llevar a cabo una rueda de prensa virtual el 21 de mayo 2020, para informar sobre la emergencia de la COVID-19 en su territorio. Mitchel Anderson.

Casi cinco meses han pasado desde que una nueva enfermedad -de la que aún no sabemos todo y, sin embargo, cada día se descubre un poco más- tocó las puertas de América Latina. Al igual que otros países de la región, en el mes de marzo, cuando Ecuador comenzó a hacer frente a la aparición de los primeros casos locales declaró la emergencia sanitaria y llamó a la población a realizar cuarentena para evitar la propagación del virus COVID-19.

La acelerada cadena de contagio que se evidencia en distintas partes del globo, no solo llegó a las grandes urbes, sino que también comenzó a manifestarse en comunidades más alejadas, incluso en los pueblos nativos de la Amazonía. La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE), una organización indígena regional que representa a cerca de 1.500 comunidades, desarrolló una herramienta online para visualizar el impacto de la pandemia en sus territorios. Según los últimos datos, al momento de publicación de este artículo, estarían alcanzando unos 2.113 casos positivos, unos 623 con sospecha, 33 fallecidos diagnosticados y otros 20 con sintomatología propia de la enfermedad, pero sin un diagnóstico confirmado. 

Dudas y contradicciones entre la OMS y Rusia por la vacuna "Sputnik"


Antes de transcribir la interesante entrevista del canal norteamericano recordamos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha publicado oficialmente la confirmación de que el uso de cualquier remedio o vacuna permita prevenir o curar el virus del SARS-CoV-2 

La líder Waorani Nemonte Nenquimo junto a otros líderes y pekinani (mayores, sabios waorani), en la Amazonía ecuatoriana. Nicolas Kingman.

¿Cómo recibieron la noticia de esta enfermedad?

En enero de este año, antes de saber sobre la pandemia hubo un incidente raro en nuestro territorio. Unos jóvenes cazadores encontraron decenas de huanganas (puercos del monte) muertos cerca del río. Esto, para los Waorani, es una señal de que la muerte viene. Cuando estuvimos en Quito, durante una manifestación contra el extractivismo, había también muchos círculos que se formaban alrededor del sol. Y esto para nuestro pueblo, quiere decir también que la muerte viene. Tiempo después, vimos en noticias que había un virus que estaba matando a personas en todo el mundo. Nosotros sabemos que las grandes industrias están destruyendo la naturaleza en todo el planeta y esto provoca un desequilibrio muy fuerte, y de allí sale la enfermedad. Así que si hablas con nuestros pikenani (nuestros mayores) ellos aseguran que hay muchas pandemias, no solo Covid-19; también el petróleo, el cambio climático... son amenazas para el ser humano.

Mujer Waorani cosechando plantas en la selva, provincia de Pastaza, Amazonía ecuatoriana 

Sabía de esta enfermedad y de un virus nuevo. Por temas de emergencia estuve trabajando mucho con el equipo, tenía muchas cosas que organizar. Tenía que apoyar a las comunidades Waorani. Los primeros contagiados fueron en las zonas donde hay carreteras o empresas petroleras, en las provincias de Napo y Orellana. Después me enteré que las comunidades Waorani de la provincia de Pastaza también estaban enfermando y me involucré para organizar la ayuda. No tenía miedo, estaba tranquila. Siempre respeté las medidas de bioseguridad, con mascarilla y alcohol. Trabajamos durísimo, tuvimos reuniones con el gobierno y con el Ministerio de Salud para tratar de que den apoyo a estos pueblos. 

Hay muchas pandemias, no solo Covid-19; también el petróleo, el cambio climático... son amenazas para el ser humano. 

¿Cuándo se le presentaron los primeros síntomas? 

Me sentía agotada, cansada. Pensé que era porque había estado con mucho trabajo. Me sentía mal, con dolor de cabeza, tuve decaimiento como tres días. Como había andado con cuidado pensé que no era nada. Y de repente, una noche, me agarró fiebre, dolor en los huesos, en el cuerpo, no podía levantarme. Me acosté en la cama y la fiebre ya era muy alta. Sentía que mi cuerpo se estaba quemando. Mi hermana y mi esposo estaban ahí y trataron de ayudarme poniéndome un trapo húmedo en la cabeza. 

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¿Cómo fue el tratamiento realizado? 

Plantas medicinales cosechadas por miembros del pueblo Waorani en tiempos de pandemia. Mitch Anderson.

No tomé nada de medicina, solo empecé a tratarme con plantas medicinales: ajo de monte, limón, jengibre... Traté de cocinar y tomar todas las plantas que me dieron en la comunidad misma en la que estuvieron enfermos, con eso se curaron. Esta enfermedad es muy difícil, no me podía levantar, me dolía la cabeza, no podía toser porque dolía garganta, tenía la garganta seca. Tampoco podía tomar agua o tragar comida. Luego, me salieron unos puntitos rojos adentro de la garganta. Al tercer día se me empezó a cortar la respiración y estaba muy asustada. Me acosté boca abajo, tenía la nariz muy tapada. Después perdí el olfato y el sabor. No podía reconocer el limón o el jugo de naranja. Estaba muy preocupada de perder el sabor y el olfato para siempre. Cociné unas plantas con sus hojas y absorbí el vapor que me entraba por la boca y eso iba al pulmón y me ayudó a retomar la fuerza. A los siete días decía "ya me siento mejor, voy a trabajar". Abrí la computadora, me puse a ver los correos. Yo estaba preocupada por los mayores, porque esos síntomas son muy fuertes para un abuelo. Quería ayudar. Y cuando pensé "listo lo superé, soy una mujer muy fuerte", otra vez me empezaron a dar escalofríos. Volví a la cama, se me volvió a tapar la nariz y me dio una tos muy fuerte y seca. También me empezó a doler el pecho. Al día siguiente tuve dolor de panza y me desmayé. Mi hermana me pasó jengibre con limón por la nariz y con esa picazón reaccioné.

Niña waorani lee un folleto informativo sobre los propios protocolos de las nacionalidades amazónicas de Ecuador, creado por las organizaciones indígenas con el apoyo de organizaciones aliadas, Pitacocha, Pastaza, Amazonia ecuatoriana. Mitch Anderson.

¿Has realizado algún tipo de test para confirmar el diagnóstico? 

Los doctores del Ministerio de Salud Pública vinieron a mi casa a tomar una prueba en mi dedo y un PCR pero nunca me dieron el resultado. Esa era mi preocupación, que no me dieran la respuesta. Nosotros como organización buscamos un laboratorio privado. Con la Universidad de las Américas (UDLA) de Ecuador hicimos nuevas pruebas de sangre y PCR. Y Ahí me dijeron que sí, que había tenido COVID-19. 

¿Cuántos contagios registraron en la comunidad Waorani? 

Un joven waorani recibe atención del equipo de la Universidad de las Américas de Ecuador (UDLA), que realizó toma de muestras de COVID-19 a las comunidades indígenas de Pastaza. 

Según los PCR y pruebas rápidas que hicimos de forma privada con los doctores de la UDLA, unos 330 contagiados. En Orellana fallecieron dos personas y en Napo 1. En Pastaza también falleció un niño, cuyos padres habían sido diagnosticados, entonces probablemente también haya sido COVID-19. 

Su comunidad tiene mucho respeto por las personas mayores como cuidadores de la sabiduría ancestral. En esta enfermedad, según los datos que se conocen a nivel mundial, suelen ser los mayores afectados, ¿cómo le hacen frente a la situación? 

Están superando mucho la enfermedad. Agradezco la sabiduría de los ancianos, tienen un conocimiento de siglos y siglos. Tienen plantas medicinales propias y no son puntualmente para esta enfermedad. En 1940, cuando vinieron a evangelizar y los Waorani tuvieron contacto con el hombre blanco se enfrentaron a muchas enfermedades nuevas: polio, hepatitis, tuberculosis. Estoy muy agradecida a los abuelitos y a su sabiduría. (...) Los Waorani siempre utilizan sus prácticas medicinales. Sabemos que para esta enfermedad aún no hay un cura o tratamiento. La medicina occidental solo da calmantes para el dolor de cabeza. Además, se manifestó con distintos síntomas. A algunos les dio bastante gripe y tos seca. A otros, fiebre; a otros, diarrea; a otros vómitos; a otros, decaimiento... Por eso se utilizaron distintas plantas; depende del síntoma. Las plantas tienen un efecto potencial muy fuerte. Solo los ancianos sabios las saben preparar. Ninguno de los afectados fue trasladado al hospital. Ellos sabían que si iban al hospital podían morir allí. Ellos se quedaron en las comunidades y confiaron en sus plantas medicinales. 

Fuente: NationalGeographic.com

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