Conocimiento,  olfato e intuición

La globalización de la economía y la aceleración del cambio de entorno obligan a las organizaciones a redefinir constantemente sus líneas de acción. La planificación estratégica es necesaria para que la gestión que combine la visión macroeconómica de la problemática empresarial con el enfoque microeconómico sectorial a fin de establecer los objetivos que deseamos y los correspondientes planes de acción para alcanzarlos.
Uno de los problemas que con más frecuencia debemos enfrentar es que el desarrollo estratégico hoy día requiere de una gran especialización en el uso de abundante información económica agregada lo cual suele presentar distintos problemas. En primer lugar, para quienes no están familiarizados con este tipo de datos, en general de carácter histórico, cuesta muchas veces acceder a esa información, a los procesos por los cuales se genera y a la veracidad de la misma.
En segundo lugar, debemos señalar la diversidad de interpretación y lectura de esta información por parte de los expertos a quienes nosotros debemos recurrir muchas veces para poder interpretarla. Lo que sucede es que detrás de cada opinión hay una posición  ideológica  y una visón sesgada de la realidad que permanentemente nos lleva a preguntarnos a quien debemos creerle.
 En mi opinión, tenemos que comenzar por utilizar el conocimiento que la intuición y el olfato de de emprendedores nos proporciona, sin olvidarnos de la historia que nos fue tocando vivir y los aprendizajes que ésta nos dejo para poder distinguir los distintos tipos de escenarios que se presentan. Esto nos permite tener una primera visión, por ejemplo, del movimiento del consumo en general y en nuestro sector en particular. Asimismo, nuestra percepción nos puede dar información respecto de las expectativas que como consumidores tenemos al menos a corto plazo.
Pero también tenemos que obtener y analizar información objetiva, cuantitativa y proyectada respecto de los  principales indicadores macroeconómicos tales como el estimador mensual industrial, el índice de precios desagregado, los componentes de la inversión, la evolución del valor de las tasas de interés o del tipo de cambio. Estás, junto a otras variables, nos permiten  establecer un escenario de mediano plazo y anticiparnos en nuestra planificación.
Dado que muchas veces esta lectura de los indicadores macroeconómicos es más difícil y en general las empresas pequeñas no suelen contar con los servicios profesionales de asesores, el problema es a quien creerle cuando leemos el diario en busca de esa interpretación. Esa respuesta ya es más difícil de dar, pues, como dijimos anteriormente, leemos permanentemente opiniones totalmente distintas. En este caso, como suele decir mi padre,  es importante conocer  “quien le paga al flautista” como punto de partida para saber que interés tiene para decir lo que dice y cual es la visón o modelo de país que esta detrás de sus ideas. En cualquier caso, estamos inmersos en un contexto macroeconómico y  de la interpretación que hagamos los pequeños emprendedores dependen tanto nuestro crecimiento como nuestra  supervivencia.

Li. Sergio Barrés
Economista. UNSAM
Director de METALURGICA FEYPRO

 
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