Paula Chaves

"En Facundo encontré mi cable a tierra"

Susana Beatriz Chirusi y Paula Chaves (24) nunca se conocieron. El desencuentro ni siquiera fue por falta de voluntad de ambas partes, sino por una sencilla razón: “Susanita” nunca fue real, sino apenas un trazo delhumorista Quino, quien creó en la figura de la mejor amiga de Mafalda el reflejo de la clásica mujer que desea casarse de blanco y tener muchos hijos. El mismo sueño que, desde los 17 años, persigue Paula, la novia desde hace ocho meses, para envidia de su par del cómic, del talentoso polista Facundo Pieres (23).


En la isla de CARAS, la modelo de 121 Group—la agencia de modelos que dirige Nacho Viale— compartió su estadía con Lina Ratto, una de sus mejores amigas de la localidad de Lobos, donde cursó cuarto y quinto año del secundario. Surgida del concurso “Súper M”, en 2003, Chaves demostró que es más que una cara bonita.


¿Es reconocida en su trabajo, linda y tiene novio, se considera perfecta?

La perfección no existe. Todos tenemos defectos y virtudes. Trato de mejorar día a día como persona y de prestar atención a lo que me dicen los demás y al consejo de mis amigas. Y en lo profesional ir buscando el camino al que uno quiere apuntar. Pero sin buscar la perfección, sino el bienestar.


¿Es una chica tímida?

Soy bastante vergonzosa con respecto a la exposición. Me da pudor ir a un lugar público y saber que me van a mirar.


Sin embargo, aparenta ser extrovertida...

Soy “medio personaje”, pero con el tema de la exposición soy más bien tímida. Cuando se trata de ir a un boliche siento que no me puedo relajar por completo. Trato de hacer una vida normal aunque sé que soy una persona mediática. No puedo salir “descocada” bailando arriba de una barra como si fuera una desconocida.


¿Eso quiere decir que antes de ser famosa lo hacía?

Antes lo hacía, obviamente (risas). Igual siempre fui muy tranquila, no me gusta mucho la noche. No me divierte. Tengo mi grupo de cinco amigas de Lobos y con ellas nos movemos para todos lados. Son fundamentales en mi vida. Momento para el gag. “Esta es la parte en la que te tenés que emocionar amiga”, le dice, en broma, a Lina, con quien compartió sus días en el paraíso CARAS.


Siempre habla de Lobos, ¿qué significó en su vida?

Yo soy de Buenos Aires y viví dos años en Lobos, en cuarto y quinto año del secundario. Me fui a vivir en 2001 y, en 2003, volví a Buenos Aires. Fue lo mejor que me pasó en la vida haberme ido dos años a vivir allá. Siempre digo que fue lo mejor para mí porque me sacudió. Ví lo que era la vida y adquirí un montón de valores que me ayudaron a apreciar lo que viví en “Súper M...”.


¿Qué valores?

Cuando entré a “Súper M” empecé a valorar mucho más lo económico. En Lobos conviví mucho con mis abuelos y ví lo importante que es el contacto con la familia. Es otra vida y la verdad que la disfruté un montón. Si jamás hubiese pasado por Lobos me hubiese convertido en una cheta refinada, porteña.


¿Y hoy cuáles son sus prioridades?

Mis amigas, mi familia, mi perro, mi gente son mis prioridades y en mi novio encontré mi cable a tierra.


¿Ya se independizó?

Vivo con mi mamá y mi hermana, en Olivos, al lado de la quinta presidencial. Así que todos los días a las 7:30 la vemos salir a Cristina (Fernández) con su helicóptero. Es un buen despertador. Llevo una vida muy tranquila. Tengo una hermana de 12 y un hermano de 20.


¿Terminó su carrera de Relaciones Públicas?

Iba a seguir Relaciones Públicas pero aborté la misión. No era para mí. Eran cuatro años pero decidí parar en la mitad y en julio pasado me dieron el título de Organización de Eventos Corporativos. Me quedé ahí porque era un sacrificio grande trabajar y estudiar. Me iba de viaje por trabajo con la compu y, en el medio del viaje, en la Isla Galápagos, me ponía a hacer un trabajo práctico.


¿Era una buena alumna?

Era una de las mejores alumnas. Terminé con promedio 8,70.


Por casualidad, ¿los profesores eran hombres?

Para nada. (risas) Soy muy estudiosa. Lo que me propongo lo termino. Concluí eso y el año que viene quiero estudiar Decoración de Interiores. Además, los lunes hago teatro a la noche, en la escuela de Julio Chaves, con Luz Palazón, que es quien te entrena antes de llegar a Chaves. Lo hago con mi “compatriota” María Vázquez. Nos divertimos mucho y hacemos taller de improvisaciones con técnicas de actuación.


¿Hay una actriz detrás de la modelo?

Puede ser. En teatro, me pasa que estoy sentada y no quiero pasar a escena, pero cuando estoy en el frente largo todo y siento que todo el mundo se ríe, que soy personaje y causo gracia. Puedo ser muy verborrágica pero a veces me falta la técnica y por eso estoy tomando clases porque el día de mañana uno nunca sabe. Veo el tema de la actuación como una veta. Está bueno porque salgo de teatro y estoy relajada. También practico baile con Gisela Molinari que es la mano derecha de Marisa, la coach de Valeria Archimó.


¿Es verdad que se define una Susanita total?

Desde los 17 años que me quiero casar y tener hijos —risas de su amiga—. Es el sueño de toda mujer. “Vos también amiga, ¿no?”,—le pregunta, en busca de complicidad— Soy re Susanita, sueño con la familia con cinco hijos, y que vengan todos corriendo a abrazar a mamá con los pantalones camuflados y las remeras embarradas, que se me cuelguen todos, llena de perros.


Todo cuento de hadas tiene un príncipe, ¿ya lo encontró?

Es muy pronto para decirlo. Cuando venga el año que viene a la isla podemos tener otro título. La realidad es que no quiero sacar conclusiones apresuradas, pero estoy muy bien con Facundo, desde hace ocho meses.


¿Cómo se conocieron?

Nos veíamos desde hace tiempo pero nunca había pasado nada. Y este año nos reencontramos, y estamos muy bien.


¿Siente celos sabiendo que, como polista, despierta el interés del sexo opuesto?

Yo también... (risas) Pero sí, soy una mujer celosa, pero de mi novio, de mis amigas, de mi papá...


La entrevista se interrumpe con el alerta del radio de Paula. Es demasiada casualidad, pero del otro lado de la línea está Facundo Pieres. “Hola mi amor”, dice ella, y enseguida pregunta en tono de broma: “¿Tengo que decir que nos casamos?”. Al instante el grabador se inquieta y exige retomar el diálogo. La conversación de enamorados se detiene para continuar con el cuestionario.


¿Si la relación avanzara y usted tuviera que empezar a acompañarlo de forma frecuente en sus viajes, sería capaz de dejar de lado su carrera?

Eso se va viendo, no es una respuesta que pueda dar hoy. La pareja se construye en el día a día. De todas formas, la mujer siempre tiene que tener lo suyo, porque es muy beneficioso conservar los espacios personales.


¿Reivindica la independencia de la mujer?

Apuesto a que la mujer debe ser independiente por más mínimo que sea el trabajo. Es fundamental para una y para la pareja también.


¿Lo acompaña cuando se va de viaje?

Recién empezamos, pero sí suelo acompañarlo. A mediados de febrero me voy para Palm Beach, Miami, porque Facundo va a jugar ahí. Después regresa en Abril y se va a Inglaterra y yo seguramente iré a visitarlo. Luego, iremos para Nueva York como lo hicimos en 2008. Siempre que podemos acortamos el tiempo que estamos separados.


¿Cómo se vive un amor a la distancia?

Es difícil, pero se puede.


¿La aconseja María Vázquez al respecto?

María es lo más, tiene consejo para todo.


¿Qué le dice de la vida al lado de un polista?

Y ella es feliz con su familia y con su vida. Este año se queda en Buenos Aires porque Adolfito no viaja, así que está chocha.


¿Es un modelo a seguir?

Hablamos de todo y es muy buena consejera (risas). Nos pasamos horas hablando por teléfono.


¿Cuán lejos ve el proyecto de familia?

Siempre soñé con ser madre joven porque soy muy Susanita y me encantan los chicos. Pero uno no puede estipular un tiempo. Las cosas se van dando, van cambiando, a veces la vida te da golpes que no esperás, así que no hay que proyectar mucho. Hay que tratar de vivir el día a día y controlar la ansiedad, que es bastante.


¿Vive el amor como un fracaso cuando no funciona?

Creo que de los fracasos siempre se aprende. Siento que aprendí y que voy descubriendo cosas que quiero para el resto de mi vida y con la persona que tengo al lado.


¿Y qué ansía para el futuro inmediato?

Ser feliz, elegir al hombre que va a estar conmigo el resto de mi vida y morir con esa persona. Estar con mis afectos, viajar y vivir de lo quiero. Y ese es un problema porque, ¡todavía no sé lo que quiero!


por Diego Esteves
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