Primera división

Banfield es increíble

Otra vez, el Taladro cayó sin merecerlo. Ahora quien le ganó al equipo de Burruchaga fue Gimnasia, en Jujuy.

Por Germán Campisi
Pintaba para partidito el que debían disputar estos dos equipos en el norte argentino, pero lejos estuvo de serlo. El local comenzó muy metido en el desarrollo del juego y en apenas quince minutos ya había generado un par de situaciones de gol que no pudo ni supo concretar, aunque su superioridad en las acciones resultaba notoria.

Banfield intentó contrarestarlo con la premisa de recuperar la bocha para ponerla contra el verde césped y tocarla de un lado hacia el otro para, en el momento en que se generara algún espacio, lastimar. No pudo. El Lobo se mostró muy sólido en su última línea, distinto al equipo del Conurbano.

Basado en esa férrea defensa, el ataque jugó sin mayores presiones, a sabiendas que de conseguir una ventaja podrían resguardarla. Asi, con esa soltura encaró Ricky Gómez mientras los jugadores de Banfield retrocedían en lugar de salir a atorarlo. El enganche de Gimnasia, cerca del área, prefirió terminar su maniobra solo en lugar de ceder la pelota a algún compañero mejor ubicado y metió el viejo y querido “fierrazo”, que puso el 1 a 0 en la chapa.

Al instante, se replegó sobre su propio arco, absolutamente innecesario ya que los de camiseta verde no inquietaban. En consecuencia, y obligados, los visitantes comenzaron a atacar. Con terreno y posesión, cruzaban la mitad de la cancha cuantas veces podían aunque nunca con ideas, siempre individualidades (Bertolo, Erviti y compañía).

En medio de ese ir desenfrenado, Gimnasia buscó de contra. Labruna hizo ingresar a Caio Fileppi para darle mayor vértigo a los embates locales y, en tiempo de descuento, la idea le dio resultado. Fue el propio ex Racing quien la picó sutilmente para decretar el 2 a 0 segundos antes del final.
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