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El ruso buscado por Interpol contó su verdad a 24CON

Su madre murió en un charco de sangre. A su hermana "la tragó la tierra". Su otro hermano está prófugo como él y los busca Interpol. Desde su refugio clandestino, cuenta su verdad.

Junto a su hermano cruzó la frontera hacia Bolivia para no tener que enfrentar a la justicia argentina. Cómo prófugo cree que podrá ejercer mejor sus derechos ya que en el país -sostiene- "no tengo ninguna garantía". Acusa abiertamente al fiscal Juan Ignacio Bidone de acomodar las pruebas para incriminar a él y a su propio hermano, aun cuando ambos se consideran "completamente" inocentes. Cree que su hermana está muerta y niega ser un espía internacional. 24CON dialogó durante dos horas con Ilia Tchestnykh, el principal sospechosos de la muerte de Ludmila Kasian, su madre.

El barrio El Ensueño del Cuartel Quinto de Moreno aún no logra salir del asombro: Primero desapareció Vera, la única hija mujer del matrimonio de Ludmila con Valery Tchestnykh, que llegó a la Argentina proveniente de otro Conurbano, el de Moscú, hace 12 años. Luego en un supuesto intento de robo, otro de los hijos recibió un disparo en el abdomen: el supuesto ladrón le había disparado ocho veces. En noviembre, Ludmila fue encontrada asesinada en su propia cama; para cerrar el año los hijos que la encontraron muerta se fugaron hacia Bolivia cuando el fiscal que interviene en la causa pidió su detención por ser los principales y únicos sospechosos.

A poco más de ocho meses de la desaparición de Vera, y apenas dos del asesinato a sangre fría de la madre, uno de los hermanos prófugos contó su verdad a 24CON.

Vera

El diálogo se realizó a miles de kilómetros de distancia, pero para internet eso no importa. Desde un lugar desconocido, Ilia habló pausado y contó paso a paso como desapareció su hermana y qué hizo la noche en que mataron a su madre: “Cuando desapareció Vera, pensamos que se habría ido a festejar con sus amigos, pero la buscamos y no estaba con ninguno de ellos. Recorrimos el barrio, había salido a caminar, y no la encontramos. Yo mismo allané descampados, unos terrenos y no la encontré. Radicamos la denuncia. Visitamos prostíbulos de la provincia de Buenos Aires, fuimos a Merlo, a José C. Paz, a centros de rehabilitación, comunidades, pero nada. La policía dijo que hizo rastrillajes, pero a los dos meses cerraron la causa diciendo que se había ido por sus propios medios. Después se comprobó que la policía ni la había buscado. Tenían que patrullar la Ruta 24 y 25, informaron que la habían rastrillado pero nunca habían buscado”.

“Nunca nos llamaron pidiendo rescate ni nada de eso, secuestro extorsivo no fue. No sé dónde puede estar, ni que le pudo haber pasado. Quizás la raptó una red de trata de personas.  Y creo que está relacionado con la muerte de mi madre. El asesinato de mi madre fue una semana después de que logramos reabrir la causa por la desaparición de Vera. La extraño, es mi hermana, yo quiero que aparezca, pero después de todo lo que pasó no creo que esté viva. Por más que yo sea optimista, viendo las cosas que están pasando, mucha fe no tengo” explicó Ilia en diálogo con 24CON via Skype.

Durante la investigación por la desaparición de Vera, en la que participó la ONG Comisión Esperanza, que se especializa en la búsqueda de personas desaparecidas, se pudo comprobar que la relación entre la joven rusa y su madre sufría algunos momentos ásperos; se encontró en la comisaría del Cuartel Quinto una exposición civil que hablaba de violencia en el núcleo familiar. “No se llevaban muy bien, había días que no se hablaban, pero no había violencia familiar. Vera vivía en la planta alta, y mi madre en la planta baja, tampoco estaban todo el día en un cuarto como para tratarse como dos arañas. El día que desapareció era su cumpleaños, hubo un brindis, muy familiar, muy tranquilo. Después mi madre y mi padre se fueron a la iglesia, y volvieron todos muy tarde. El primero en volver fue Sergei, y se encontró la casa vacía” apuntó el hermano de Vera.

 
Ludmila

Aun cuando la incertidumbre sobre el destino de Vera fue el primer llamado de alerta, el asesinato de Ludmila mientras dormía en su propia cama transformó el dolor de la familia en una persecución policial. Los dos hermanos, Ilia de 28 y Sergei de 18, que encontraron a la mujer muerta están prófugos y son buscados por Interpol. No obstante sostienen que son inocentes y relatan como transcurrieron entre trabajo e internet esa fatídica noche.

Ilia relata que la noche del viernes 12 de noviembre del año pasado, Sergei fue a la escuela nocturna donde asiste cotidianamente. Durante el día, trabajaba en su taxi. Según explicó a 24CON, comenzaba su jornada por la tarde y la extendía hasta la madrugada. Sin embargo, algunos días, cuando no había muchos pasajeros interrumpía su trabajo entre las 23 y las 2 para ir a un ciber donde se comunicaba con sus amigos de Rusia o veía alguna película. Esa noche fue al ciber acompañado por su hermano menor. A las dos de la mañana regresó al trabajo y volvió por Sergei después de las 7 de la mañana para ya regresar a Moreno: “compré verduras en Liniers, después tomé la autopista, bajé cerca de Moreno, compre unos pollos y fuimos a casa. Sergei fue a la planta alta, donde dormíamos nosotros y yo entré en la planta baja, donde dormía mi madre. Me llamó la atención que la puerta estuviera abierta. Dejé los alimentos y giré hacia donde tenía que estar mi madre y lo primero que vi fue un charco de sangre en el piso. No vi a mi madre, vi frazadas en un charco de sangre. Me acerqué y mi madre estaba muerta, tapada rodeada de sangre. En el piso al lado de la cama”.

Valeri, el padre de Vera, y Serguei, su hermano menor

“Fue y le avisé a mi hermano Andrey que vive en frente de mi casa. Me empecé a sentir mal, entré en un estado de histeria, y Andrey me sacó de la casa, él era el único que mantenía la cordura. Después vinieron los forenses, los peritos, no vi cuando sacaron a mi madre, no quise ver…  La ultima vez que vi con vida a mi madre fue el viernes a la tarde, la llevé a la estación de Moreno, ella se quería cortar el pelo y comprar algunas cosas, yo le dejé 300 pesos y de ahí me fui a trabajar” recordó con la voz entrecortada.

Fue Ilia junto con su hermano Andrey quienes llamaron a la policía, pero antes retiraron de la casa donde se cometió el crimen las armas que el prófugo tenía en su habitación. Ilia poseía cuatro armas, todas registradas en el Renar según explica, pero prefirió sacarlas de su casa por miedo a que la policía las requisara cuando vinieran a investigar el asesinato de su madre. No obstante, cuando el más chico de los tres hermanos informó de la existencia de las armas (tres pistolas y un fusil), las entregó a los investigadores sin oponer ninguna traba. “saqué las armas porque tenía miedo que me culparan a mi como pasó después y también porque cuando me robaron en agosto y me dispararon, el fiscal dijo que era un pleito familiar y no tuvo en cuenta que me habían robado la notebook, que los vecinos vieron a los asaltantes en la moto. Me iban a quitar las armas”.

Sergei e Ilia en Moreno

En el traslado de las armas a la casa de su hermano descubrió que faltaba una de ellas. “Yo le había dejado una Taurus a mi madre para que se defendiera. Después del robo que sufrí en sangre propia en agosto pasado, compre varias armas, pero están todas legales y a mi nombre. Mi madre tenía la Taurus debajo del colchón junto con una carpeta con papeles y documentos. Esa noche desapareció esa arma y la carpeta y las denuncié como robadas” apuntó Ilia. La Taurus desaparecida fue encontrada tras los allanamientos policiales en el interior del CPU de la computadora de Ilia, aunque él niega rotundamente haberla escondido allí.

Tras el asesinato de Ludmila, las tres causas (La desaparición de Vera, el asalto y balacera en la casa de Moreno y el crimen) se unificaron y pasaron a manos del Fiscal de Delitos Complejos Juan Ignacio Bidone, famoso por su actuación en el llamado Triple Crimen. Entre el asesinato y el pedido de captura de los dos hermanos transcurrió un mes, del 13 de noviembre al 13 de diciembre. Pero la llegada del pedido de captura a las fronteras argentinas demoró aún unos días más: los hermanos cruzaron la frontera hacia Bolivia el 14 y la captura llegó a los puestos fronterizos de Gendarmería Nacional el 15. Demasiado tarde. Los, entonces, prófugos no se escaparon de manera ilegal, presentaron sus pasaportes en la frontera y fueron autorizados a salir por el personal de migraciones y aduanas. El Fiscal Bidone debió solicitarle a Interpol que interviniera en la búsqueda en el exterior.

 

 

Juan Ignacio

 

Fiscal Juan Ignacio Bidone
Los dos hermanos aclaran que siempre colaboraron con los investigadores, sin embargo, denuncian varias irregularidades y violaciones de sus derechos por parte del Fiscal Bidone y la justicia argentina: Retención de documentos, allanamientos sin ordenes judiciales, extorciones y presiones psicológicas innecesarios, acusaciones y desetimaciones de pruebas. Estas irregularidades empujaron a los hermanos a tomar la decisión que los llevo fuera del país y a ser buscados por la Interpol. (Ver: Todos los misiles rusos apuntan al fiscal )


Ilia, siendo el mayor de los dos hermanos sospechados, y quien quedó a cargo de la casa, debió afrontar las presiones de los investigadores, pero un día su paciencia no pudo más y necesitó salir a despejarse.

Sergei y Ludmila

 El 13 de diciembre los dos hermanos fueron citados en la sede de Gendarmería Nacional en la Ciudad de Buenos Aires para ser testigo de la requisa de las computadoras que les habían secuestrado: “se iba a realizar el back up de los discos de las computadoras y eso me llamó la atención, eran dos discos, de la notebook eran 250 gigas, de la de mi madre eran 500 gigas, se necesitaban 72 horas para hacer el back up completo. ¿Entonces para qué nos necesitaban ahí? Y las preguntas que le había hecho a mi hermano, yo tenía la impresión de que el fiscal me iba a acusar de espionaje. Bidone quería atrapar a un espía internacional. Ni yo ni Sergei quisimos entrar al edificio de Gendarmería, entonces entró mi padre. A él le mostraron las computadoras y nada más. ¿Para qué nos querían a nosotros entonces? Estaba con mi hermano en el auto y le dije ‘yo me voy de acá, me voy a descansar’. Hacía varias semanas que dormíamos en una casa que no sabíamos si nos iban a venir a matar de noche, y después todo lo que pasó con el fiscal, y todo los problemas... le dije a mi hermano ‘me voy a la mierda’, y el me dijo, ‘vamos’”.

 

La fuga comenzó como una salida del ojo de la tormenta, pero se transformó en la historia de dos prófugos buscados hasta por interpol.

 


Ilia

“Yo estoy fuera de argentina, eso es lo único que puedo decir. Estamos en la pagina de esa organización (Interpol), con Sergei nos separamos por seguridad pero hablamos todos los días” apuntó el mayor de los prófugos.

Manejando el taxi de su padre se fueron primero a Entre Ríos, querían visitar las termas, pero cuando estaban en medio de la provincia mesopotámica, invirtieron el rumbo y se dirigieron a las termas de Río Hondo, en Santiago del Estero. “Llegamos de noche, tarde, entonces no podíamos entrar a las termas, teníamos que esperar al otro día. Fuimos a un ciber y por los diarios nos enteramos del pedido de captura, entonces ahí volvimos a agarrar la ruta y cruzamos la frontera. La idea de ir a las termas era alejarse un rato, y ver que pasaba, tratar de ver todo como un espectador. Nunca pensé que iban a encontrar el arma en el gabinete de la computadora. No sé como llegó el arma al gabinete. Bidone debe saber, el fue quien se llevó la computadora”.

Desde el exterior del país, o en un lugar sólo conocido por él y su hermano discutió la hipótesis que los encuadra como los asesinos de Ludmila: “Los medios nos mostraron de tal manera que nosotros somos dos asesinos internacionales, no estamos hablando de buscar a alguien, ellos, los medios necesitaban una noticia caliente y justo caímos nosotros. Pero me preguntó, ¿Yo soy tan estúpido de matar a mi propia madre, con mi propia arma, dejando mis propias huellas en el arma? ¿Después me puse guantes para revolver la casa, después guarde mi arma en mi propia computadora y esa computadora se la entregué al fiscal? ¿Tan estúpido soy yo? Volver ahora y
Sergei, Ludmila e Ilia en su casa de Moreno
entregarme sería firmar mi sentencia de muerte. Según el fiscal mi madre mató a mi hermana, después discutiendo conmigo, mi madre me pega un tiro. Más tarde yo me entero que mi madre mató a mi hermana y voy y la mato, el fiscal descubre todo y me atrapa. Y caso cerrado, y yo muero en la cárcel. Nueve de cada diez muertes en al cárcel es dudosa. Caso cerrado”

Ilia reclama que el caso pase a la justicia federal teniendo en cuenta que hubo un secuestro y un asesinato. Exige que se busquen las filmaciones del ciber donde estuvieron la noche en que mataron a su madre lo que demostraría su inocencia y que los medios dejen de mostrarlos como dos demonios.

No sabe cuando regresará al país ni como podrá terminar la historia trágica de su familia, sigue el transcurso de las investigaciones a través de internet y los portales de noticias. Pero sabe en su interior que hará todo lo posible para que él y su hermano Sergei no terminen presos por un crimen que asegura no cometieron.

 

20 de enero de 2011

 

Nota derivada:

 

Todos los misiles rusos apuntan al fiscal

 

Notas sobre Vera, Ilia y Sergei, en orden cronológico de publicación:

 

Se la tragó la tierra, pero no la buscan porque es rusa
Su familia consultó con una vidente que afirma que está viva.

 

 

 

No hay rastros de la rusa desaparecida hace 6 meses
Vera apenas habla castellano. La familia desconfía del Country San Diego porque les molestaba que saliera a caminar por el barrio.

 

 

 

Más misterio en el caso de la joven rusa: asesinaron a su madre a sangre fría
La encontraron en su casa con un disparo en la cabeza. El crimen se suma a la cadena de misterios que rodean a Vera Tchestnykh, la chica rusa que desapareció en Moreno.

 

 

 

La Reja: Habrían visto a la mujer rusa desaparecida
Un llamado anónimo creíble agrega una importante pista a la investigación.

 

 

 

Acusan a los hermanos de Vera de asesinar a su madre
La justicia de Mercedes ordenó la captura de Illia y Sergei acusándolos de haber asesinado a Ludmila. Vera continúa desaparecida

 

 

Hermanos de la rusa desaparecida se fugaron de la puerta de Gendarmería
Valery, el padre de los ahora prófugos, pide que le devuelvan el taxi: "No puedo trabajar, no puedo hacer nada", le dijo al Diario del Conurbano.

 

 

En la frontera no se dieron cuenta y los hermanos rusos pasaron a Bolivia
Los acusan de matar a su madre en Moreno. Escaparon la semana pasada a pesar de tener pedido de captura. Interpol deberá hacerse cargo.

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