Reduce el precio de tus facturas de luz con estos consejos prácticos para ahorrar

El consumo de luz y las facturas que llegan mes a mes son uno de los principales quebraderos de cabeza de los hogares mexicanos. A pesar de las maniobras de la CFE para evitar las subidas del gasto tras los reajustes a las tarifas, el organismo no puede garantizar que mantenga los precios actuales una vez entre 2020, y eso es algo que ya complica bastante las cosas a numerosas familias. Tanto, que cada vez se buscan más soluciones para ahorrar en electricidad.

La mejor manera de reducir el importe de los cfe recibos que te llegan a cada mes por el consumo de casa es actuar con cabeza. Aunque es un consejo demasiado vago, a partir de él nacen todas las costumbres que te ayudarán a pagar mucho menos con cada mensualidad. La sensatez siempre es buena compañera, y más cuando se trata de ahorro y reducir gastos.

En realidad, para conseguir dicho ahorro de luz hay que seguir una serie de hábitos sencillos. Muchos de ellos pasan por cambiar ciertas malas costumbres y prestar bastante atención a todo lo que hay conectado en la vivienda. Ya que este tipo de factores son los que van provocando un consumo residual que poco a poco se amontona hasta disparar las cifras que se deben pagar con cada recibo que llega.

¿Qué hay que hacer entonces para conseguir un ahorro en luz en los hogares mexicanos? Gracias a los consejos en materia de ahorro, a continuación vas a poder ver varios consejos esenciales que podrás poner en práctica a partir de ahora. Métodos para reducir costes y conseguir que, poco a poco, la facture baje su precio en lugar de subir.

Cómo ahorrar en luz: consejos prácticos

Todos los tips que vas a leer a continuación son consejos prácticos, métodos que puedes empezar a seguir desde el mismo momento que los leas. Lo mejor es que, además de eso, también dan resultados rápidamente, por lo que notarás sus efectos en mucho menos tiempo de lo que podrías imaginar.

Vigila las luces

Cada bombilla que dejas encendida sin necesitarlo consume, y más si tienes una lámpara que utiliza varias. Acostúmbrate a apagar cada luz que esté en una habitación de la que vayas a salir y aprovecha al máximo las horas de luz natural. Abre ventanas, corre cortinas y deja que el sol entre durante el mayor tiempo posible para tener iluminación sin tener que encender nada.

Parece un gasto pequeño, pero cada lámpara suma, e irlas apagando siempre que no sean necesarias es algo que poco a poco va restando consumo para sumar en ahorro. Es el primer y más importante paso de todos.

Desenchufa cuando no uses

La suma de los aparatos electrónicos que se mantienen enchufados, aunque no se estén utilizando, puede suponer entre un 3 y un 10% del consumo energético anual en tu hogar. Eso significa que, por cada 100 euros pagados, 10 podrían haberse restado de haber desenchufado los aparatos cuando hubieras terminado de usarlos.

No es nada complicado, aunque a veces pueda costar hacerlo por la falta de costumbre. ¿Apagas el televisor? Desenchufa. ¿Terminaste de cargar el laptop? Desenchufa. No tardarás demasiado en acostumbrarte a ello, aunque los primeros días seguramente se te olvidará en más de una ocasión.

Renueva los electrodomésticos

Puede parecer que comprar electrodomésticos es justo lo contrario a ahorrar, pero una buena inversión se puede traducir en un importante ahorro a largo plazo. Si tus electrodomésticos tienen más de diez años de antigüedad, es imperativo que busques una renovación, ya que su consumo es muy elevado. De hecho, notarás el cambio en muy poco tiempo cuando los cambies.

Cada vez, los electrodomésticos y los aparatos eléctricos se diseñan de forma que rindan igual o mejor necesitando menos corriente eléctrica, es decir, son más eficientes. Puedes buscar aquellos que más despunten en terreno consultando en tiendas especializadas y viendo sus etiquetas de eficiencia. Ni que decir tiene que, aunque puedan ser más caros que el resto, a la larga acabarás ahorrando mucho más de lo que piensas.

Climatización, solo cuando sea necesario

El calor y el frío extremos son absolutamente insoportables, y eso hace que los aparatos de aire acondicionado se usen cada vez que las temperaturas se acercan a los puntos opuestos del termómetro. Pero ¿realmente necesitas poner el aire frío con ese calor?, ¿hace tanto frío como para tener que poner el calefactor? Estos aparatos consumen muchísima energía, y a veces se utilizan sin que haya una necesidad real, por mera comodidad.

Una manta para acompañarte en el sofá, aprovechar las corrientes de aire para abrir ventanas y que la temperatura baje... Tienes muchas formas de mejorar las condiciones térmicas de tu casa sin necesidad de consumir energía eléctrica. Y eso, por supuesto, se traduce en un importante ahorro cuando vayas a pagar la factura.

En realidad, no son consejos difíciles de llevar a cabo, de hecho, la mayoría son pequeñeces que debes tener en cuenta en tu día a día. El problema es que las pequeñeces por separado no pueden ser gran cosa, pero, si se juntan, dejan de ser algo pequeño. Por eso es tan importante seguir estas pautas, porque al final el ahorro es más que considerable.

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