El hombre que escribió a contramano de la historia

Una entrevista a un referente del periodismo argentino. Escribió cuando todos callaban y no se dejó tentar por la frivolidad de los 90. Habla de los 70 juicios que le hicieron, de Cavallo y se jacta de Humor: "Logramos vender una revista cultural a más de 300 mil lectores".

Envuelto en arte, Andrés Cascioli podría observar su autoretrato como un lábaro de la libertad de expresión. Considerado por miles de personas como el pionero del “verdadero humor” en la Argentina, el creador de la revista Humor Registrado recibió a 24CON en su oficina de la calle Tres Sargentos.

Su búnker, atestado de pinturas y esculturas de su autoría, es el fiel intérprete de la sonrisa que se dibuja repetidamente en su rostro. Un personaje que devino desde el sur porteño donde vivió con sus padres “tanos” y que comenzó a ver los tintes artísticos cundo ganó un concurso de pintura a los 8 años. La política le interesa y le sobran conocimientos. La llegada de los militares al poder en 1976 no hizo más que confinarle una sola misión: “lograr sobrevivir haciendo lo que me gusta”.

Nº5, Mayo de 1983.
¿Se logró el objetivo de la verdadera libertad de expresión con la vuelta de la democracia?

No, definitivamente no. Terminamos el ‘83 con muchas esperanzas, salimos maravillosamente bien después de las elecciones y festejamos, pero después resultó todo lo contrario.

¿Desde la revista Humor podría decir que si?
Desde nuestro medio apoyamos a Alfonsín y después pasó lo que pasó cuando él se encontró con los capitanes de la industria. Estos son los mismos de siempre que volvieron todos en la época de Menem y que fueron los que se enriquecieron durante la dictadura.
¿Todos?
Todos y alguien en particular. Volvió el hombre de Martínez de Hoz, o por lo menos alguien que Martínez de Hoz decía que iba a completar la obra, Domingo Cavallo. Esta obra era pasar lo producido por los argentinos a un grupo de dueños de la plata en el país que eran un montón de sinvergüenzas. Lo que hizo Cavallo fue que pagásemos U$S22 mil millones por un montón de chantas que sacaron la plata del país e incrementó la deuda pública. Ahí empezó la gran debacle y lo que vivimos durante estos 25 años fue tratar de pagar esa deuda que crearon los ideólogos de los militares. Los militares mataron, robaron, secuestraron y los ideólogos volvieron a la carga con Menem y completaron el trabajo sucio.
Nº 113, Septiembre de 1983.

En ese contexto ¿Cómo se animó en a contestarle al gobierno de facto con sus portadas?
Lo que pasa es que no nos importaba. Tanto a mí como al 90 por ciento de los integrantes del grupo que hicimos Humor, El péndulo o Fierro lo único que nos importaba era laburar de lo nuestro a cualquier precio, y para eso inventamos un estilo de publicación que la gente la entendió pero que quedó en la historia como otra cosa. En realidad, Humor como las otras revistas, salvo Sex Humor, eran publicaciones culturales.

¿Ese fue el gran paradigma?
El gran paradigma nuestro es que logramos venderle a la gente una revista cultural a más de 300 mil lectores, algo que no pasó nunca. Una cosa muy curiosa es que quedó en la historia como la revista que, mediante mis portadas, siempre trataba de dar un pasito más allá para ver hasta dónde llegaba. Queríamos tener un registro de la historia que estábamos viviendo como alguna vez lo logró Caras y Caretas.

Era para darle su "merecido" al poder
Si. Queríamos darle un merecido al poder porque este estaba en manos de un montón de canallas y gente muy bruta. Los militares decidieron, en lugar de venir a secuestrarnos o a matarnos, meternos juicios. Creo que tuvo mucho que ver el caso de Timerman porque en él intervino Estados Unidos y tuvieron un levante de peso importante que les abrió los ojos. Esa fue la razón por la que no nos mataron. De todas formas, como esto se gestó durante mucho tiempo, creo que ya sabían de antemano a quiénes iban a matar y los tipos lo cumplieron como buenos milicos que no ven más allá de sus narices. Menos mal.

Nº 114, Octubre de 1983.
Desde su perspectiva ¿Podría decirnos qué buscaban con su plan de Reorganización Nacional?

No lo se del todo bien. Aunque terminar con la educación fue uno de sus planes, porque si te ponés a pensar, mataron a chicos con promedio 10 con ninguna conexión política como el hijo de Graciela Fernández Meijide. Se regían por ordenes de la escuela a donde fueron todos estos ladronzuelos de Latinoamérica en donde les enseñaban a torturar los franceses. Este plan estaba claro: bajar el nivel cultural de la Argentina y ponerlo al nivel de los demás países latinoamericanos.

¿En la redacción los tenían amenazados?
Lo que hicieron fue impedirnos cosas. Por ejemplo, amenazas de bomba o cuando salíamos a la noche teníamos que poner las manos sobre un Falcón y nos revisaban por todos lados y molestaban a las chicas. Todos los días lo mismo, y además, 35 juicios.

Lo bombardearon de litigios
Entre el gobierno militar y Menem tuve 70 juicios por calumnias e injurias. Lo que intentan lograr con esto no es llevarte a la cárcel, sino provocarte un desgaste económico terrible. Yo he tenido abogados como Ricardo Gil Lavedra y ellos, pese a tener abogados en el poder, utilizaban a los mejores estudios de Buenos Aires.

¿Política se hacía en otros tiempos?
El problema es que ahora es todo un tema de guita. Eso es lo único que importa y nada más, entonces no hay cultura, educación, salud. El quilombo económico habría que preguntárselo a Duhalde también, cuando a fines de los ’80 llevó a toda la gente a saquear. Pobre gente, les armaron un paquetón y los engañaron.

¿El Periodista fue una manera de reaccionar frente a las políticas neoliberales?
Por su puesto. Cuando empezamos con El Periodista la primera gran investigación que hicimos fue denunciar el pacto entre Menem y Seineldín de cómo habían armado el paquete para bajar a Alfonsín. Lo hicieron mierda, encima tuvo que enfrentarse con un sindicalismo que no era el de la época de Perón, era el sindicalismo de Onganía, que se trató de tipos que iban detrás de un dictador y se asociaban.

¿Siente que la democracia aún adeuda varias promesas?
Nº 117, Octubre de 1983.

Nosotros vivimos una democracia a medias y la gran deuda es justamente lo que decía Alfonsín, que con ella se come, se vive, etcétera. Lo peor de todo es la merma en la educación que prácticamente está en extinción en la Argentina. También hay que comenzar a echar del poder a aquellos sinvergüenzas que pactaron con lo peor.

¿Podría recordar el día en que Argentina volvió a ser libre?
Recuerdo la felicidad del día. Creo que fue la única vez, a pesar de que fui de un equipo muy copero como Independiente, que fui a festejar al obelisco. Fue una fiesta enserio y no por Alfonsín, sino porque se terminaba la dictadura. Lo que si debemos reconocerle a él es que condenó a los militares, cosa que no se si todos se hubiesen animado a hacer. Hay que volver a ser buena gente.

Fue el momento justo para el "destape" de los medios
Después aparecieron los que lucharon contra la dictadura y que no se dónde estaban en ese momento (risas) El gran problema de los medios fue que cedieron ante el dinero. No fue una cosa ideológica, sino un tema de guita y por ende, la mentira ganó en los medios. Un ejemplo antagónico fue Humor y su opuesto menemista fue Caras. En ella le ponían un auto último modelo a los entrevistados para hacernos creer que vivíamos bien. Este es el perfecto ejemplo de cómo la mentira le ganó a los medios durante mucho tiempo.

¿Cree que estos medios podrían hacer una revisión crítica de sus conductas y obediencias políticas?
Jamás. Nosotros le hemos publicado chistes a Fontanarrosa entre otros, donde el gran diario argentino le ponía un “no” atrás de la hoja con lápiz porque eran muy fuertes para la época (ironiza). Se podía publicar, lo que pasa es que los grandes medios estaban asociados con el gobierno militar en Papel Prensa.

Nº 103, Abril de 1983.
¿Dormía tranquilo después de tanta “subversión”?

Lo único que me preocupaba es que saliera bien la publicación. Dormía intranquilo solamente cuando no me gustaba lo que había hecho a nivel profesional.

¿Cómo se pensó la edición inmediatamente posterior al triunfo de Alfonsín?
A Bignone lo echa Alfonsín de un manotazo y este agarra de la mano a la democracia para bailar un tango. La revista fue acusada de radical, que no lo era en realidad. En su mayoría, dentro de nuestra redacción, las elecciones las ganaron los peronistas (risas) Y, aunque no lo creas, cuando cambió el gobierno Humor vendió cien mil ejemplares menos.

Se terminó el tabú
Claro. Hubo un “bueno muchachos, ya cumplieron”. Es más, te cuento una interna: se le ocurrió a Ulanovsky la idea de cerrar la publicación. Vino y me dijo: “Andrés, ¿por qué no cerrás Humor y empezamos de nuevo?, total ya cumplimos con el cometido”. Pero yo tenía una responsabilidad mayor con respecto a la editorial. Laburaba mucha gente y Humor, pese a la caída en ventas, mantenía a todas las demás (Fierro, El Péndulo, etc.)

Con el ejemplo de Fierro ¿Hoy la ve igual de importante que en 1984?
No. Hoy existe un tema que es la falta de asociación de talentos. Los dibujantes vieron que los guionistas se llevaban el 35% de la producción y decidieron hacer ellos los guiones. Se perdió la coordinación de tipos que juntos podían crear y recrear historias y ambientes. Muchos de los dibujantes no están preparados para hacer las letras. Lo mismo pasó en la música cuando los rockeros se dedicaron a hacer ellos mismos las letras.

¿Cuándo empezó a ver este problema?
Esto empezó a preocuparme cuando trabajaba en Satiricón. Ahí era el director de arte y tenía que hacer una historieta que la iba a dibujar yo, pero en ese momento estaba siguiendo a un dibujante que me gustaba mucho, Horacio Altuna. A Carlos Trillo, que trabajaba conmigo, le dije que se junte con Altuna para probar y de ahí salieron unas historias maravillosas como El loco Chávez y Las puertitas del Señor López. Así se suma un talento a otro y se multiplica. Me parece que ahora eso está perdido.

¿Qué es el humorista?
Es un tipo muy curioso que ve la realidad de otra manera. Son personas que a través de la historia argentina fueron haciendo un trabajo antropológico excelente. Lograron reflejar las actitudes de los argentinos casi a la perfección con personajes como Avivato, Fúlmine y otros. Estudiaron a la sociedad de una forma muy inteligente. El humorista argentino hoy en día, lamentablemente por muchos motivos, no tiene la posibilidad de analizar seriamente lo que está pasando (risas)
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