Cerró un gimnasio nudista por falta de clientes

Un gimnasio en la región vasca de España que ofrecía programas de entrenamiento físico para nudistas debió suspender este servicio a sólo un mes de su implementación, debido a la falta de concurrencia.
 
José Antonio Expósito, uno de los responsables del Easy Gym en Arrigorriaga (Vizcaya), explicó que, durante la jornada de apertura, acudieron al lugar solamente cuatro personas. "Pero la gente que vino realmente se divirtió", dijo.

Sin embargo, después de ese día, el gimnasio no llegó a abrir nunca para los nudistas, porque no se anotó ningún cliente.

El encargado del local lamentó la falta de respuesta a esta iniciativa a pesar de que, en una encuesta que realizaron a través de Internet, cerca de 600 personas se mostraron favorables a este servicio.

El Easy Gym había incorporado las rutinas al desnudo como forma de afrontar la crisis económica, en colaboración con la Asociación de Naturistas Vascos. "Con la crisis nos dimos cuenta de que había menos gente que usa el gimnasio", explicó su propietaria, Merche Laseca. "Yo no soy nudista, aunque no tengo ningún problema con los que lo son. Sin embargo, esta iniciativa se trata de dinero", había comentado en su momento.

Previamente a tomar la decisión de convertir el establecimiento en “nudista friendly”, en el gimnasio se hizo una investigación. El personal descubrió que dos piletas públicas españolas ya ofrecen sesiones mensuales para bañarse tal y como Dios nos trajo al mundo.

Además, cada año, en la cercana Sopelana, se realiza una carrera nudista muy concurrida; hay al menos 12 playas nudistas en el País Vasco y muchas más a lo largo de la costa española.

Pero quizás el fracaso del Easy Gym haya radicado en los escépticos que señalaron que correr desnudo a toda velocidad no es del todo agradable, y que la ropa para hacer deportes fue inventada por esta razón.

El local proporcionaba toallas para la comodidad e higiene de sus clientes, de forma tal que los aparatos quedaran aseados aún después de varios usos. Aún así, algunos no quedaron convencidos. "Creo que es lo más antihigiénico del mundo", opinó la propietaria de otro gimnasio – tradicional – de Bilbao.

"Es tu ropa la que captura el sudor cuando haces ejercicios. Entonces, ¿a dónde va todo el sudor, si estás desnudo? ¿Sobre las máquinas, el piso? ¿O a la persona a tu lado?", preguntó.

Evidentemente, estas preguntas también se las hicieron la mayoría de los vecinos del gimnasio, que no se animaron a probar la propuesta “nudista friendly”.

 

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