Se ahorcó en Plaza Muerta y 135 días después apareció el cadaver de su novia   

Teresa Servín fue a visitar a su novio el 8 de febrero y nunca más volvió a su hogar.

Todo comenzó el último 8 de febrero. Como cualquier otra tarde, Teresa Salinas Servín, de 47 años y de nacionalidad paraguaya, salió de su casa en el Barrio Dorrego, González Catán. Iba a la casa de su novio. Horas más tarde su familia salió a buscarla, desesperada: la mujer no regresaba a su hogar de González Catán donde vivía con varios de sus 6 hijos, entre ellos una menor de 14 años.

El paradero de su madre puso en alerta a uno de ellos que no esperó un segundo más y fue hacia la comisaría distrital sur 3ª de La Matanza. Comenzó a describir de forma detallada la indumentaria con la cual su madre había abandonado su hogar. Tras varias preguntas, no dudó en responder quién era el novio de mamá: Marcos Coronel.

El hombre se convirtió en el principal sospechoso y fue detenido a las pocas horas. Su estadía en la comisaría duró poco. En un abrir y cerrar de ojos, a minutos de prestar declaración, Coronel se escapó. Al otro día de su fuga, el hombre apareció muerto ahorcado en la plaza principal de Gregorio Laferrere, más conocida como “La Plaza muerta”. “Esto no implica que él haya asesinado a Teresa, ya que pudo haberse matado porque lo dejó”, advirtieron los investigadores por ese entonces, sin conocer el paradero de la mujer.

Las horas, los días, las semanas pasaban. Teresa no aparecía. Su familia comenzó a desconfiar de la investigación de la Justicia y que tanto ellos como la comisaría de Laferrere habían dejado de lado la causa. Encabezados por su nuera, Jesica Quintana, marcharon a un mes de su desaparición desde el hogar de Servín hasta la Fiscalía General de La Matanza.

Durante la búsqueda, la Comisión Esperanza, a cargo de María Esther Cohen Rua aportó sospechosos números telefónicos, según le contó a 24CON, que luego no fueron tenidos en cuenta. “Hemos recorrido hospitales, morgues; inclusive sabemos de gente que dice haberla visto caminar por la zona de su casa”, agregó.

La mujer que trabaja vendiendo ropa, y estaría vinculada a la Feria de Laferrere, volvió a la agenda policial de la Distrital Sur este martes por la noche. Un hombre viajaba en colectivo por la localidad de Ciudad Evita cuando le dieron ganas de orinar. Tocó el timbre, la puerta se abrió. Bajó en un descampado de la rotonda Querandí para hacer sus necesidades cuando entre los pastizales divisó un cuerpo. Rápidamente denunció su hallazgo e intervino la comisaría.

Los efectivos realizaron los peritajes correspondientes en el lugar, donde confirmaron que se trataba de Teresa. A más de cuatro meses de su desaparición, la oriunda de Paraguay tenía puesta la misma ropa que su hijo dijo que llevaba. Fuentes policiales consultadas por este medio agregaron que el cuerpo se encontraba en estado de putrefacción lógica, por el tiempo que llevaba tirado en el zanjón.

A pesar de haberlo hecho en un primer momento, la policía ahora cree firmemente que se trató de un crimen pasional. Llevarán adelante la autopsia este jueves a través de una técnica en frio. El caso está a cargo de la UFI Nº4 de San Justo.

 

23 de junio de 2010 

 

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