Por estos días, recorrer las carnicerías deja una imagen que se repite: precios algo más bajos que meses atrás, pizarras con “ofertas” a simple vista, y mostradores con cortes que, sin embargo, no se mueven.
La carne dejó de ser prioridad incluso en muchos hogares donde siempre lo fue, parecería ser. Y los carniceros lo viven a diario.
El impacto se nota en los cortes populares. Actualmente, un matambre ronda en algunos lugares los $13.500 el kilo, el vacío sigue firme en $18.500 y el asado se consigue entre $14.900 y $15.000 en carnicerías de calidad.
“No vendemos con estos precios, imagínate si los tenemos que subir. Especulo en contra mío para ver si aguantando un poquito los precios podemos generar un poco más de venta”, relató el carnicero Pablo en diálogo con la prensa.
Y advirtió: “Si el viernes vuelvo a pagar con aumento no me va a quedar otra alternativa que la semana que viene subir entre $500 y $800 el kilo de carne”.